Daniel Camargo murió en una cárcel de Ecuador a sus 64 años de edad.
Daniel Camargo murió en una cárcel de Ecuador a sus 64 años de edad. | Foto: Archivo.

Nación

Hubo alguien antes que Garavito, así fue el final de Daniel Camargo Barbosa, el violador y asesino en serie colombiano que mató a más de 100 niñas

Daniel Camargo solo reconoció 72 de sus crímenes.

Redacción Semana
14 de octubre de 2023

Por estos días en Colombia se habla de Luis Alfredo Garavito, uno de los peores asesinos y violadores de niños en el mundo que murió pagando una condena en la cárcel La Tramacua de Valledupar. Sin embargo, antes de él, hubo otro colombiano que quedó en la historia por ser un violador y asesino en serie.

Se trata de Daniel Camargo, un hombre oriundo de La Mesa, Cundinamarca, nacido el 22 de enero de 1930. Su nombre comenzó a ser popular en el país, pero no precisamente por su buen actuar.

Conocido como ‘El sádico del Charquito’, el hombre inició a muy temprana edad su historial delictivo, abusando sexualmente y asesinando a niñas y adolescentes en Colombia. Según los registros de la época, Camargo se convirtió en un temido asesino.

Sus traumas, al parecer, habrían iniciado de niño, cuando tenía un año de edad, luego de que su madre falleciera. Al quedar solo, se tuvo que enfrentar a las decisiones de su papá, quien entabló relaciones con otras mujeres. Una de ellas se encargó de hacerle la vida imposible y lo sometió a abusos psicológicos. Supuestamente, lo obligaba a vestirse de niña para ir a la escuela.

Daniel Camargo creció y se casó con una mujer, pero ella le fue infiel. Al parecer, ese episodio de su vida fue el detonante para empezar su sangriento camino. El hombre comenzó a captar niñas y adolescentes a través de engaños, según registros de las autoridades. Luego, las violaba y las mataba.

Después de cometer el crimen, se encargaba de desaparecer el cuerpo en un lugar conocido como ‘El Charquito’, en Cundinamarca. De ahí la razón de su apodo.

En 1967, a los 37 años de edad, fue capturado por la Policía y condenado a 5 años de prisión, una pena irrisoria para la magnitud del delito, pero en ese momento las leyes eran otras. El hombre cumplió el tiempo en prisión y recuperó su libertad. Sin embargo, salió con más ansias de matar.

Siguió cometiendo sus atrocidades. Más tarde, en 1974, fue sorprendido enterrando a una de sus víctimas. Según un reportaje de Vanguardia, era una niña de 9 años de edad. Las autoridades lo volvieron a capturas y lo condenaron a 25 años de cárcel en la extinta cárcel de la isla Gorgona.

Allí permaneció 10 años, tiempo suficiente para idear un plan de fuga que le salió a la perfección. Todos quedaron sorprendidos, pues para lograrlo tuvo que desafiar el imponente mar Pacífico.

El asesino en serie continuó con sus fechorías. Pero como ya en Colombia no la tenía fácil, decidió irse a Ecuador, país en el que también violó y mató niñas. Sin embargo, tiempo después fue detenido en Quito. Un juez ecuatoriano lo condenó en 1988.

El 13 de noviembre de 1994 fue asesinado en el interior de la cárcel en la que se encontraba. En ese momento ya tenía 64 años de edad.