Julio Gerlein y dos abogados, imputados por, presuntamente, intentar comprar el silencio de la excongresista Aida Merlano

Este miércoles 6 de agosto, después de dos intentos fallidos, la Fiscalía General le imputó cargos al empresario barranquillero Julio Gerlein Echevarría por, presuntamente, haber ejercido presiones para que la excongresista Aida Merlano suspendiera su colaboración con las autoridades judiciales, en el marco de la investigación por la compra de votos para su campaña al Senado en el año 2018.

Gerlein, quien fue uno de los principales financiadores de la citada campaña de Aida Merlano, fue vinculado a un proceso penal por el delito de soborno en actuación penal, en calidad de determinador.

Para la Fiscalía, el contratista dio instrucciones para que dos abogados abordaran a la dirigente política conservadora en la cárcel El Buen Pastor, de Bogotá.

Estos abogados fueron identificados como Teodoro Antonio Deyongh Salcedo y Diego Luis Muñeton Restrepo, quienes también fueron imputados por las presiones que habrían ejercido contra la exrepresentante a la Cámara para que no entregara más información a las autoridades.

En el caso de Deyongh Salcedo, fue vinculado por el delito de soborno en actuación penal, en calidad de autor; mientas tanto, Muñetón Restrepo fue imputado por falso testimonio (determinador) y soborno en actuación penal (soborno).

Tras la pregunta del juez de control de garantías de Bogotá, el empresario y los dos abogados no aceptaron los cargos imputados por el fiscal 104 delegado ante el Tribunal, Daniel Hernández.

La base del proceso es la declaración que entregó la excongresista Aida Merlano a SEMANA en la que mencionó la forma como los abogados, quienes son muy cercanos a los emporios Char y Gerlein en Barranquilla, la abordaron en 2019, con el fin de que suspendiera su colaboración con la Corte Suprema de Justicia.

“Que guardara silencio”, esta fue la frase que recuerda Aida Merlano que le dijo el abogado Diego Muñetón el 28 de septiembre de 2018 cuando la visitó, de un momento a otro, en la cárcel.

Muñetón fue claro y directo en esa oportunidad, recordó la excongresista. Le dio tres opciones: no seguir declarando; contar lo que sabía, pero sin mencionar por nada del mundo a los hermanos Alex y Arturo Char, así como al empresario Julio Gerlein. La tercera opción era seguir colaborando y atenerse a las consecuencias.

Si aceptaba una de las dos primeras opciones, según su relato, la iban a ayudar con su anhelada libertad y le entregarían tres mil millones de pesos para que empezara una nueva vida donde quisiera, así como asesoría y apoyo jurídico para librarla de cualquier tipo de responsabilidad.

“Recibo la visita del abogado Muñetón, en la que me propone que no declare en contra de Arturo [Char], que tenía todas las de perder, que eran los únicos que podían ayudarme. Alex [Char] me mandó muchos afectos, que quería ayudarme con mi hijo y con la Corte (…) me pintaron mil pájaros en el aire, y yo, de una manera desesperada, creí que ellos eran la salvación”, señaló la excongresista en entrevista exclusiva con SEMANA.