NACIÓN
Las últimas horas con vida de Javier Ordóñez: un intento por erguirse que nunca fue
Dentro del CAI, el ciudadano intentó ponerse en pie mientras los presentes lo observaban. Su deceso, producto del abuso policial, generó más muerte y un caos social que sigue agitado.
Un constante lamento, el ruido de las esposas que lo sujetaban y el sonido incesante de los radioteléfonos de la policía. Así se iba la vida del ciudadano Javier Ordóñez. Sin camiseta, porque apenas colgaba de su cuello, con un pantalón oscuro y unos tenis grises, el ciudadano parecía realizar movimientos involuntarios. A juzgar por las imágenes, a veces quería levantarse. Pero no lo lograba.
A su lado, una persona vestida con un jean azul y una chaqueta verde claro lo observaba, sin tocarlo, solo mirando lo que hacía. Lo mismo hacía la persona que lo filmaba. Tan solo registraba los momentos en los cuales Javier Ordóñez, un hombre de más de cuarenta años, intentaba erguirse. Estaba totalmente indefenso y su cabeza golpeaba un mueble en el Comando de Acción Inmediata (CAI) de Villa Luz, en el occidente de Bogotá.
Javier Ordóñez luce golpeado. Su rostro tiene evidentes marcas de agresión, de golpes. Esas marcas dejan ver la magnitud de aquellas imágenes que tuvieron lugar el 8 de septiembre pasado y con las cuales el país amaneció el 9 de septiembre. Esa agresión, ese hecho, agitó el descontento social y llevó a las calles a miles de ciudadanos a transmitir la ira a través de la protesta violenta. Ordóñez, en las imágenes del video, vuelve y se mueve y no logra más que quedar recostado sobre su costado izquierdo, totalmente quieto, a los pies de quienes lo observan.
Ese es el último registro que se conoce de él con vida. Después de ello, se informó de su deceso en un centro médico.
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El video fue conocido en la mañana del martes a través de varias redes sociales. No se sabe quién es el autor de esas imágenes. Lo único que se sabe es que las imágenes fueron grabadas en el CAI de Villa Luz en las primeras horas de la madrugada del 9 de septiembre, después de que Ordóñez fue sometido violentamente con una pistola eléctrica –táser– frente a un conjunto residencial.
Esas imágenes constituyen una prueba más en el caso contra Harby Damián Rodríguez Díaz y Juan Camilo Lloreda Cubillos, dos agentes de la Policía que fueron capturados el viernes pasado y que ya dieron a conocer sus primeros testimonios: “Cada vez que yo le ponía el táser, se lo ponía en el cuerpo solo y no se lo accionaba, como para que supiera que se lo iba a poner", dijo Lloreda. "Le decía: ‘¡Mano a la espalda, mano a la espalda, mano detrás, déjese esposar, déjese esposar!’. Y cuando él dijo: ‘Ya no más’, fue cuando yo le dije: 'Entonces déjese esposar, viejo, déjese esposar”.
“Fue en todo momento para esposarlo y, lo que le digo, en mi criterio él estaba bajo los efectos de alguna sustancia porque para que no le pegara contacto los dos cartuchos del táser y no pudiéramos nosotros dos a la fuerza esposarlo, ese man tenía mucha fuerza y estaba bajo algo (sic)”, agregó.
Su deceso, más las imágenes del abuso policial, han generado un gran debate que llevó al Gobierno nacional, a través del ministro de Defensa Carlos Holmes, a ofrecer perdón. Sin embargo, en medio de las manifestaciones para protestar por la muerte de Ordóñez y por el abuso policial, murieron 12 personas más.