Judicial
¿Los hipopótamos son una especie invasora en Colombia? La pregunta que espera responder de una vez el Consejo de Estado
En 2022, el alto tribunal admitió una demanda que pide reversar la decisión del Ministerio de Ambiente de declararlos una especie invasora y controlar su reproducción al considerar que se desconoce la ley que prohíbe el maltrato animal en Colombia.
Para el próximo 28 de julio quedó programada la audiencia en la que se recolectarán todo tipo de conceptos en el marco de la demanda que está en manos del Consejo de Estado y la cual pide reversar la decisión del Ministerio de Ambiente que declaró a los hipopótamos como una especie invasora en Colombia.
Luego de atender una solicitud de la Procuraduría General, el alto tribunal convocó a representantes del Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander Von Humboldt, al Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional, al Instituto de Estudios Ambientales de la Pontificia Universidad Javeriana, a la Facultad de Biología de la Universidad de los Andes, al Departamento de Derecho del Medio Ambiente de la Universidad Externado de Colombia y a la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad del Rosario.
En la petición presentada por el Ministerio Público recordó que es necesario definir las medidas de prevención, control y manejo de esta especie en el país, citando el reciente accidente en el municipio de Puerto Triunfo, Antioquia, donde se presentó la colisión de un vehículo particular contra un hipopótamo, provocando la muerte del animal y heridas graves de los ocupantes del carro.
En el marco del debate, la Procuraduría ya insistió en mantener al hipopótamo como una especie invasora con el fin de atender la crisis ambiental que generan y proteger la vida de la comunidad que se ve reiteradamente afectadas.
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Y es que en el auge del narcotráfico en Colombia en la década de los ochenta, Pablo Escobar Gaviria quiso, como una más de sus excentricidades, tener su propio zoológico en la Hacienda Nápoles. El jefe del Cartel de Medellín movió todo su dinero e influencias para ingresar al país todo tipo de animales, entre ellos hipopótamos.
El narco, según contaron varios de sus allegados, estaba fascinado por el poder de estos animales y quería que hicieran parte de su colección. Escobar les mandó a modificar parte de su hacienda para que los hipopótamos nadaran a sus anchas y se alimentaran sin ningún tipo de problemas.
Con la caída del narcotraficante, en 1993, y los malos manejos que el Estado le dio a sus bienes, los hipopótamos se reprodujeron sin control alguno, generando graves problemáticas en la región. Los jornaleros a quienes el Estado les adjudicó el manejo de Nápoles fueron atacados por estos animales, quienes se caracterizan por ser territoriales y agresivos.
La decisión se tomó tras un informe hecho por el Instituto Humboldt y el Instituto de Ciencias de la Universidad Nacional, que concluyó que existió una reproducción masiva y no controlada de esta especie que pone en riesgo a la comunidad. Los cálculos indican que 130 hipopótamos deambulan por el Magdalena.
Esto genera “riesgos ambientales” en los ecosistemas que afectan a las especies nativas. Con esta calificación, el Gobierno podía tomar medidas de fondo para controlar a la especie identificada y evitar su reproducción, además de otras acciones para evitar al máximo que ataquen a la población.
Sin embargo, recientemente, la Sección Primera del Consejo de Estado admitió para su estudio una demanda que pide revisar la resolución emitida por el Ministerio de Ambiente al considerar que se omitió la legislación (Ley 1774 de 2016) que ordenan la protección de los animales en todo el territorio nacional.
Esto debido a que son seres sintientes y no pueden ser sacrificados sin justa causa. “(….) No sea posible adoptar medidas prevención, control y manejo de la especie que le desconozcan su condición de seres sintientes y la aplicación de los principios de bienestar, protección animal y de solidaridad social” (sic).
Cuestiona el hecho que fue el mismo Estado el que incurrió, durante años, en una omisión. Primero, al permitir el ingreso ilegal de los hipopótamos —que fueron traídos desde África— y la falta de control para su reproducción.
“Permitieron el ingreso ilegal de los cuatro individuos iniciales (tres hembras y un macho) y que luego de la muerte de Pablo Escobar permitieron la proliferación de la especie y su expansión territorial”, precisa la demanda radicada por el abogado Luis Domingo Gómez Maldonado.