NACIÓN
Malas noticias: apenas se está superando El Niño y la ONU ya anuncia la llegada de La Niña. ¿Qué viene para Colombia?
El cambio climático hace que los colombianos tengan que vivir con más intensidad los períodos de lluvia y sequía. Esto es lo que se prevé para 2024.
El fenómeno meteorológico de La Niña regresa al planeta y traerá un enfriamiento de las temperaturas, tras un período de El Niño que provocó, junto al cambio climático, récords de calor en 2023.
En Colombia, la situación ha sido crítica y, por ejemplo, Bogotá tuvo que decretar racionamiento de agua para evitar el desabastecimiento, pese a que se trata de una potencia hídrica. El fenómeno de El Niño en el país ha sido implacable y prolongado.
Los incendios en Colombia consumieron unas 17.100 hectáreas de vegetación en enero. En marzo y abril, las llamas arrasaron bosques en el centro del país, el Caribe y la Amazonia, una región cuya abundante humedad permite enfriar las temperaturas globales.
Al mismo tiempo, las reservas hídricas del sistema energético nacional bajaron al récord de 30 % de su volumen útil. El embalse de El Peñol en Antioquia (noroeste), el más grande del país, registró niveles de hasta 25 %. Las termoeléctricas pasaron entonces a operar a su máxima capacidad en su intento por abastecer a una población que, además, aumentó en 5 millones de personas en una década, según la autoridad estadística.
Tendencias
Reservas de agua de temporadas lluviosas y “un parque térmico en muy buenas condiciones” permitieron evitar los racionamientos de luz en Colombia, asegura Ismael Suescún, ingeniero eléctrico y profesor retirado de la Universidad de Antioquia.
Pero todo está a punto de cambiar. El impacto del enfriamiento de La Niña podría ser en promedio muy débil, advierten los climatólogos, a causa del impacto de las emisiones de gases de efecto invernadero, ya responsables de un aumento de las temperaturas mundiales de al menos 1,2 °C en promedio en comparación con finales del siglo XIX. Así es como el ciclo El Niño-oscilación del sur (Enso, en inglés) influye en el clima mundial.
El Niño
El Niño se refiere al fenómeno cíclico de calentamiento del agua en el centro y el este del océano Pacífico tropical, que influye en las precipitaciones, los vientos y las corrientes oceánicas, y hace subir el promedio de las temperaturas mundiales. Ocurre cada dos a siete años y generalmente dura de nueve a doce meses.
El último fenómeno El Niño, que comenzó en junio de 2023, se encuentra entre los cinco más intensos jamás registrados, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM). En condiciones normales, los vientos alisios sobre el Pacífico soplan hacia el oeste a lo largo del ecuador, llevando las aguas cálidas de Suramérica hacia Asia.
Para reemplazarlas, el agua fría asciende desde las profundidades. Pero durante El Niño, estos vientos alisios se debilitan y el agua caliente regresa hacia América, alimentando un calentamiento adicional de la atmósfera y el desplazamiento de la corriente en chorro del Pacífico (o jet stream: vientos poderosos situados a la altura donde vuelan los aviones) hacia el sur.
Este desplazamiento de la corriente en chorro generalmente provoca un clima más seco en el Sudeste Asiático, Australia, Sudáfrica y la región septentrional de Sudamérica y, por el contrario, provoca condiciones mucho más húmedas en el Cuerno de África y el sur de Estados Unidos. El cambio climático influye en el ciclo Enso, pero su efecto aún es incierto, explica Michelle L’Heureux, especialista del fenómeno en la agencia meteorológica estadounidense NOAA.
Las condiciones más secas o más húmedas provocadas por el Enso “pueden amplificarse” debido al calentamiento global, explica. En todo caso, ese aumento de las temperaturas mundiales sirve como una “ventana al futuro” del cambio climático: “al dar un impulso temporal, el Enso ofrece un vistazo de cómo es un mundo más cálido”, cuenta la meteoróloga, tras un año sin precedentes.
Período neutro
Aunque El Niño se ha atenuado, los primeros cuatro meses de 2024 han continuado rompiendo récords de calor, lo cual no es una sorpresa, ya que su ciclo generalmente hace subir las temperaturas el año siguiente a su aparición. El Enso no funciona “como un interruptor”, explica Michelle L’Heureux. “Se necesita un tiempo para que la circulación atmosférica mundial se adapte”.
Según la OMM, hay una probabilidad del 50 S% de que el trimestre junio-agosto sea un período neutro, entre los dos ciclos, o bien se inicie La Niña.La Niña provoca condiciones generalmente más húmedas en algunas regiones de Australia, el Sudeste Asiático, India, el sSureste de África y el norte de Brasil, pero condiciones más secas en algunas regiones de Sudamérica.
La Niña
El fenómeno La Niña se traduce en un enfriamiento del océano Pacífico oriental durante un período de aproximadamente uno a tres años, produciendo los efectos inversos de El Niño en el clima mundial. La Niña provoca condiciones generalmente más húmedas en algunas regiones de Australia, el Sudeste Asiático, India, el sureste de África y el norte de Brasil, pero condiciones más secas en algunas regiones de Sudamérica.
También puede contribuir a una temporada de huracanes más violenta en el Atlántico. La agencia estadounidense NOAA anticipa una temporada 2024 excepcional, con entre cuatro y siete huracanes de categoría 3 o superior. Un posible regreso de La Niña desde el verano no es suficiente para alimentar la esperanza de un alivio rápido para regiones como el Sudeste Asiático, golpeadas ya desde esta primavera (boreal) por olas de calor extremo.
“El planeta se está calentando y el Enso solo representa un papel secundario”, insiste Michelle L’Heureux. “Incluso con el posible desarrollo de La Niña a partir de este año, todavía esperamos que 2024 se sitúe entre los cinco años más calurosos jamás medidos”.
*Con información de la AFP.