Nación
Misión de la ONU resaltó el reconocimiento de secuestro, como crimen cometido por las extintas Farc
Para la organización, estos actos llevan a que se vaya construyendo una reconciliación en el país.
Luego de que a inicios de esta semana, Rodrigo Londoño Echeverry, conocido como Timochenko, excomandante de la extinta guerrilla de las Farc, reconociera públicamente ante un tribunal de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) que su grupo armado había secuestrado a diferentes personas durante los 50 años de lucha, este hecho causó polémica, pero también es un paso importante para la reparación de las víctimas.
Este jueves 23 de junio, la Misión de Verificación de las Naciones Unidas en Colombia se sumó a las organizaciones y personalidades que se han pronunciado al respecto de este evento histórico, recalcando el “inmenso valor” que se estaría forjando a través de las partes vinculadas para la “construcción de paz en Colombia”.
🔵 #Comunicado de @MisionONUCol referente al reconocimiento público de los comparecientes del exsecretariado de las FARC-EP ante la @JEP_Colombia en #Caso01. ➡️ https://t.co/OoGbbCwagI pic.twitter.com/tlHFWBLg4J
— Misión de la ONU en Colombia (@MisionONUCol) June 24, 2022
“La participación activa de las víctimas y la voluntad de los excombatientes para repararles y contribuir a la no repetición, auguran la reconciliación del país”, fueron las palabras del representante especial del secretario general y jefe de la misión, Carlos Ruiz Massieu, insistiendo en la importancia del reconocimiento de estos crímenes de lesa humanidad en el desarrollo del Acuerdo de Paz, así como la incidencia que tendría en las víctimas.
Y se agregó que estos actos de verdad “valoran la perseverancia y el coraje de las víctimas de secuestro y de sus familiares que llevan décadas en la búsqueda de sus seres queridos”, poniendo sobre la mesa el sufrimiento de los colombianos con familiares desaparecidos a manos de grupos armados ilegales, muchos de los cuales en la actualidad no tienen conocimiento sobre el destino de sus familiares.
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Con respecto a las actuaciones del exsecretariado de las Farc, la Misión de la ONU destacó la “firmeza” con la que estos habrían confrontado sus crímenes ante el tribunal de la JEP, siendo este un paso importante en la construcción de la verdad y el apoyo que estarían comprometidos a dar al Gobierno para la búsqueda de los desaparecidos.
“La Misión destaca la firmeza de los integrantes del antiguo secretariado de las extintas Farc-EP para continuar con su reconocimiento de responsabilidad en las acciones cometidas y aportar a la verdad, así como su compromiso en la búsqueda de personas dadas por desaparecidas, en el marco de la implementación del Acuerdo Final de Paz”, expresó la Misión en su comunicado.
Es de recalcar que este 21 de junio, Rodrigo Londoño aceptó los crímenes de guerra que las extintas Farc habían cometido en el país, delitos que habían sido afirmados antes por el exsecretariado del grupo armado como “actos para financiar su lucha” u otros sinónimos de la afirmación, pero nunca reconocidos como tal.
“Estamos ante ustedes reconociendo que, a nombre de ideas revolucionarias, cometimos estos crímenes de lesa humanidad... Vengo en calidad de último comandante de las desaparecidas Farc-EP y miembro de esa máxima dirección a reconocer la ejecución de la política de secuestro, reconocimiento de crímenes de guerra y lesa humanidad de carácter no amnistiables”, afirmó Londoño con su voz temblorosa ante la JEP y el país.
En su corta intervención, el ahora presidente del partido Comunes (que se conformó tras la firma del Acuerdo de Paz) reconoció que durante años tuvieron una “ceguera política” y la “insensibilidad humana” al secuestrar personas, principalmente agentes de la Fuerza Pública, para ejercer una presión sobre el Gobierno con el fin de lograr la liberación de guerrilleros que habían sido capturados y se encontraban en diferentes cárceles.
En este sentido, reconoció el daño que les causaron a miles de personas que vieron cómo sus seres queridos eran secuestrados y privados de la libertad durante años, catalogando así el secuestro como un “práctica abominable”.