Tamá, el oso andino que durante 11 años estuvo bajo cuidado humano y que este diciembre emprendía el regreso a su hábitat en Norte de Santander, falleció la tarde de este miércoles, 17 de diciembre, durante el traslado hacia el Parque Nacional Natural Tamá.
Las entidades responsables confirmaron que el deceso se produjo mientras el animal era transportado en una operación aérea planificada y que las causas deberán ser determinadas por equipos científicos.

El traslado había empezado el 16 de diciembre: Tamá salió del Santuario del Oso de Anteojos, en Guasca, Cundinamarca, pasó la noche en el Parque Jaime Duque como parte de la logística y al día siguiente partió en un vuelo con destino al área protegida donde se tenía prevista su liberación.
Durante el trayecto se presentaron condiciones meteorológicas adversas que impidieron el aterrizaje en el punto establecido y obligaron a la tripulación a regresar al aeropuerto Camilo Daza, en Cúcuta.
Fue en ese regreso cuando el oso presentó signos de dificultad respiratoria; recibió atención médica a bordo y maniobras de reanimación, pero no respondió; su muerte fue confirmada antes de aterrizar.
Según Parques Nacionales de Colombia, Tamá había sido evaluado y considerado apto para la liberación luego de años de rehabilitación: era producto de un rescate ocurrido en 2014, cuando fue encontrado huérfano, y su historial incluyó años de trabajo técnico para recuperar comportamientos de vida silvestre.
El plan de liberación contemplaba un seguimiento posliberación, con un collar de telemetría satelital para monitorear su adaptación en la montaña.

Las entidades que participaron en el proceso —entre ellas Parques Nacionales Naturales de Colombia y la Fundación Parque Jaime Duque— señalaron en un comunicado que el fallecimiento causó “profunda tristeza” en los equipos técnicos y que, frente al suceso, se adelantarán los acercamientos con las autoridades ambientales competentes para definir el procedimiento y las investigaciones necesarias.
Hasta ahora, las causas exactas del deceso no han sido establecidas públicamente; las autoridades insistieron en que deberán ser determinadas por los científicos responsables.

Tamá no era un oso cualquiera para el país entero: su historia incluyó una fuga ampliamente conocida desde el 2022 desde un bioparque, episodio en que el animal habría mostrado comportamientos que facilitaron la decisión de avanzar en su reintroducción.
En la preparación final se llevaron a cabo evaluaciones médicas y comportamentales, y se había coordinado el operativo que lo trasladaría, que combinaba avión y aeronave rotor para acceder a la zona de páramo donde nació.









