Polémica
¿Niño o niña? Polémica por borrador de decreto del Gobierno Petro que permite cambiar el sexo en el registro civil a partir de los siete años
Un borrador de decreto de la ministra de Justicia, Ángela María Buitrago, desató una enorme polémica. Si se aprueba, los niños podrían cambiar su género en el registro civil con un simple trámite notarial.
Un decreto que está en borrador en el despacho de la ministra de Justicia ha levantado ampolla en un sector del país. La cartera, dirigida por Ángela María Buitrago, publicó para comentarios este proyecto de normatividad y desató una polvareda. La medida, una vez firmada, autorizaría a los padres de familia a cambiar el sexo de sus hijos en el registro civil con un simple procedimiento en notaría. La decisión de pasar a ser niño o niña podrían tomarla los padres o sus representantes legales. Lo que pretende el decreto, según la ministra Buitrago, es “incluir dentro del sexo la realidad de su propia identificación, y que los niños, niñas y adolescentes puedan realizar este cambio”.
La funcionaria explica que “cuando tenemos una autorreferencia diferente a la parte física, si eso no se resuelve y se deja avanzar, puede haber daños irrecuperables para estos niños, niñas y adolescentes. Ellos deben tener la posibilidad de decir que se autoidentifican de una manera particular”. El borrador de decreto establece que sus disposiciones “se aplicarán a las personas que soliciten corregir el componente sexo de su registro civil de nacimiento en ejercicio de su derecho a autodeterminar su identidad de género”.
Esto ha sido una realidad para los adultos desde que en 2015 el entonces ministro de Justicia, Yesid Reyes, expidió un decreto que permitía que las personas fueran a una notaría a cambiar el género en su cédula. Anteriormente, quienes se reconocían con una identidad sexual diferente a la que estaba consignada en sus documentos debían acudir a un juez y someterse a un proceso largo e indigno.
Lo que permite el decreto del Gobierno Petro es abrir las puertas para que dicha posibilidad también la tengan los niños, niñas y adolescentes. Esto queda claro en un parágrafo transitorio: “En caso de que la persona solicitante sea menor de edad, y hasta tanto se adopte una ley de la República en la que se diseñen las herramientas de reconocimiento, desarrollo y protección efectiva de la identidad de género para menores de edad, que incluya el mecanismo notarial y expedito para la modificación del componente sexo del estado civil”.
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La norma establece, entonces, que “quienes ejercen la función notarial no podrán rechazar la solicitud de corrección para una persona menor de edad”. El borrador de decreto explica la argumentación jurisprudencial que sustenta esta decisión. Asegura que la Corte Constitucional ha dicho que la “modificación del registro civil de personas con experiencia de vida trans es una corrección de un error, no un cambio en su identidad, en tal sentido, exigirles acudir a la vía judicial afecta sus derechos y crea desigualdades con las personas cisgénero”.
El trámite debe ser tan simple como el que busca corregir un error de ortografía en el nombre. También recuerda que desde 2019 este alto tribunal ya había dicho que los niños y niñas tienen derecho a la modificación de los componentes, sexo y nombre en su registro civil mediante escritura pública como una forma de salvaguardar su buen nombre, su personalidad jurídica y su autodeterminación.
Asimismo, manifiesta que la Corte ha obligado a incluir la letra T en el género del documento de identidad para reconocer los derechos de las personas que se reconocen como transexuales, y que en 2022 determinó que también era válido poner NB para reconocerse como no binario. En esa misma sentencia, el alto tribunal instó a la Registraduría a permitir que los colombianos que así lo quieran puedan optar por esa categoría.
El tema suscita enorme controversia. La exfiscal Viviane Morales asegura que “se está banalizando un tema de la mayor importancia y seriedad. Por seguir la línea progre y demostrar que van a la vanguardia, están desconociendo los mismos derechos del niño. Entonces, por qué no se le pregunta a la ministra si está de acuerdo con bajar la responsabilidad penal a los 10 años. Si tienen la conciencia para definir algo como su identidad sexual, ¿también tendrían conciencia para votar o ir a la cárcel?”.
“Este tema es desconocer la evidencia científica. En Suecia decidieron elevar la edad para el cambio de sexo y en el Reino Unido cerraron el principal hospital público que se encargaba de hacer estas operaciones de cambio de sexo a raíz de varias demandas de niños y niñas que habían sufrido este procedimiento y a los 21 años se dieron cuenta de que era algo irreversible y no era lo que realmente querían. Hay evidencia científica de que la disforia sexual puede vivirse en la adolescencia y luego superarse.
Es un tema que se está tomando a la ligera sin la discusión ética que amerita”, agrega. Julio Hoyos, director del Departamento de Psicoanálisis de la Universidad de Antioquia, sostiene que no se puede explicar este decreto sin entender que la sexualidad humana no se sigue por instintos como en el mundo animal, sino que está regulada por vínculos sociales que han hecho que ciertas cosas estén o no permitidas en ciertos tiempos.
Según el especialista, en la infancia es complicado el vocablo “identidad” en términos psíquicos, y las identificaciones son cambiantes en los niños, las niñas y los adolescentes, pues “están construyendo la idea de lo que ellos son”. Entonces, explica él, un día pueden querer ser “futbolistas, mañana Barbies, otro día Batman o cualquier otra cosa, y son juegos de identificación que irán cambiando con el tiempo”. “Creo que la gran mayoría de las personas estamos de acuerdo con despatologizar la diversidad sexual, pero eso no nos puede llevar a banalizar la diversidad sexual, sobre todo en este punto de las decisiones, porque cambiar de sexo no es como cambiar de celular”, agrega.
El experto hace un llamado para que en este proceso haya un acompañamiento de profesionales en salud mental que ayuden a pensar si esa decisión realmente es autónoma. El decreto del Gobierno se suma a una polémica ya abierta por una circular de la Superintendencia de Salud que asevera que para proteger los derechos de las infancias y adolescencias trans se debe incluir “acceso a servicios de salud mental, educación en salud sexual y reproductiva, acompañamiento a sus grupos familiares o redes de apoyo social y hasta apoyo para la afirmación o reafirmación de género”.
Esto se traduce en la posibilidad de que los niños reciban drogas de bloqueo de pubertad para evitar la menstruación y el crecimiento de los senos, o la voz más grave y el crecimiento del vello facial, así como tratamientos hormonales.
La pediatra Susana Aguirre le dijo en su momento a SEMANA que el tema abre una enorme discusión, pues muchos de esos padres, que son los autorizados por la circular para tomar la decisión por sus hijos, “desconocen que el cerebro humano y también la identidad sexual se desarrollan hasta los 25 años. Las distintas partes del cerebro se especializan y se conectan mejor entre sí a medida que pasan los años, por lo que un niño o adolescente no cuenta con la suficiente madurez para establecer su identidad”.
Los temas relacionados con la sexualidad suelen despertar sentimientos encontrados y miedos. El debate sobre cómo abordar y proteger a los niños trans debe suceder, pero el decreto del Minjusticia y la circular de la Supersalud no han permitido aún que el país dé esa discusión de manera abierta.