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Olmedo López envía dura carta a la Fiscalía y asegura que el ente acusador le dio la espalda: “Un silencio que grita”

En una extensa misiva, el exdirector de la UNGRD narra cómo, tras abrir la caja de pandora de ese proceso, hoy camina bajo una amenaza constante.

2 de junio de 2025, 2:37 a. m.
Olmedo López ha presentado pruebas de cómo sacaron la plata de la UNGRD para comprar el respaldo de congresistas.
Olmedo López ha presentado pruebas de cómo sacaron la plata de la UNGRD para comprar el respaldo de congresistas. | Foto: suministrada a semana api

Olmedo López fue uno de los hombres que prendió el ventilador de la Unidad Nacional para la ​Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD). El exdirector de la entidad, una vez el escándalo de los carrotanques se había destapado, decidió contarlo todo. Lo hizo en una entrevista en SEMANA y ante varias diligencias judiciales.

Fue, por ejemplo, quien narró que existía un cónclave en la Casa de Nariño en el que se decidió aceitar al Congreso para empujar las reformas claves del poder.

Tras haber prendido el ventilador, hoy, López se siente traicionado y, sobre todo, solo. El exdirector de la entidad le escribe una carta a la fiscal María Cristina Patiño en la que le cuenta este dolor.

“Tras la improbación del preacuerdo, no solo vi cómo se desmoronaba una esperanza jurídica, sino cómo se desvanecía el respaldo que, como testigo colaborador, esperaba recibir del ente acusador. La ausencia de apelación por parte de la Fiscalía no fue solo una decisión procesal: fue un silencio que grita, que deja al colaborador sin escudo frente a quienes fueron señalados por su voz”, asegura en la misiva.

La carta de López es extensa. En 11 páginas, el exfuncionario narra detalles de su proceso y de la colaboración que ha dado para esclarecer la verdad del entramado en el que reconoció participar. Asegura que comparece ante la Fiscalía en “uno de los casos más profundos de corrupción pública en la historia reciente del país” y que lo hace “con el corazón en la mano”.

Y habla de los sentimientos que hoy lo embargan: “Preocupación, tristeza y dolorosa decepción, al sentirme abandonado por la misma institucionalidad a la que decidí entregarle mi verdad”.

López se suma a la crítica que ha dado también la exconsejera de regiones, Sandra Ortiz. Asegura que la renuencia de la Fiscalía a acordar con él una negociación lo deja desprotegido.

El exfuncionario recuerda que hace más de un año entregó la verdad, aportó pruebas y señaló a quienes “ocupan las más altas esferas del poder político y administrativo”. “Lo hice sin esperar indulgencias, sino creyendo que la justicia premial debía proteger a quien se atreve hablar, no condenarlo al abandono. Y, sin embargo, hoy, con profundo dolor, debo decir que me encuentro en estado de indefensión jurídica”, agregó.

SANDRA ORTIZ Y OLMEDO LÓPEZ
Olmedo López se suma a la crítica que ha dado también la exconsejera de regiones, Sandra Ortiz. | Foto: Alta Consejería para las Regiones

Olmedo pone la mirada en quienes se están beneficiando del silencio que, por cuenta de la renuencia al preacuerdo, hoy opera en el proceso. Y asegura que la Fiscalía con esto envía un mensaje a los demás colaboradores del proceso para evitar seguir contando lo que pasó.

López hace un recuento de las personas que han aceptado cargos, en parte gracias a su testimonio. Nombra a Sneyder Pinilla, Luis Carlos Barreto, Pedro Rodríguez, Luis Eduardo López Rosero, María Alejandra Benavides, Edgar Riveros y Sandra Ortiz.

Mientras algunos siguen negociando su silencio, yo ofrecí mi verdad completa. Mientras otros negaban, yo reconocía”, sostuvo.

Y luego remató: “Yo no llegué a última hora. Yo abrí la puerta”.

López cuenta que en todo este proceso fue objeto de un intento de soborno por 13 mil millones de pesos. Esa cifra exorbitante le apuntaba a una sola cosa, según él: “silenciar la verdad”.

El exfuncionario asegura que el objetivo ha sido callarlo. Y cuenta que tanto él como su familia están en riesgo. Olmedo le solicita a la Fiscalía garantías y que se revise la posición que existe sobre su preacuerdo. También que se le reconozca como víctima del delito de soborno. Y que el Estado garantice la seguridad de él y de su núcleo familiar.

“Señora fiscal, solo pido justicia”, concluye.