La Macarena, Meta
Ordenan restituir predio despojado por el Ejército a familia en La Macarena, Meta: hoy funciona una base militar
Se trata de un inmueble de 5.687 metros cuadrados, ubicado en la vereda Cristales.

El Juzgado Primero Civil del Circuito Especializado en Restitución de Tierras de Villavicencio acaba de tomar una decisión histórica: ordenó que el Ejército restituya un predio de 5.687 metros cuadrados que había sido despojado a una familia de La Macarena, Meta.
La historia del Estadero Nápoles, como se llamaba el inmueble, data de 1975, cuando Salatiel Bejarano, padre de Robinson Bejarano Marín, compró la tierra.
Tras la muerte de su padre en 1981, Robinson montó un hotel con discoteca y área de recreación, que administraba junto a su pareja, Esperanza Portela Daza.
Pasó una década y lo que era su hogar se convirtió en un infierno. Los primeros responsables fueron hombres del frente Séptimo de las Farc que, vestidos con prendas militares, pistolas 9 mm, granadas y el distintivo de esa organización guerrillera, el 15 de abril de 2002 —tres días después de cometer una masacre— los obligaron a abandonar el predio.

Las amenazas se debían a un supuesto arrendamiento a paramilitares.
“Al vernos en esta situación, mi esposa pidió una licencia por tres meses en el Hospital Local de la Macarena, donde lleva trabajando como doce años. Nos trasladamos a la ciudad de Villavicencio a reunirnos con nuestros cinco hijos”, dijo en el proceso Robinson.
Luego del desplazamiento, Robinson y su esposa pensaron en regresar, pero descubrieron que Nápoles había sido incendiado el 27 de octubre de 2003.
Tras los hechos de violencia, el Ejército entró en la zona, recuperó el territorio y se instaló en Nápoles. Otro tropiezo para Robinson y su familia, quienes quisieron regresar a su hogar, pero este ya estaba convertido en una base militar.
El 12 de junio de 2004, Robinson acudió a la Personería para pedir explicaciones, pero “la agencia del Ministerio Público informó al peticionario que desconoce los motivos y medios por los cuales el Ejército Nacional, acantonado en este municipio, tomó posesión del sitio Nápoles”.
Desde entonces, Robinson emprendió una larga batalla para recuperar Nápoles, sin éxito.
Intentó reclamar al Ejército una compensación por la ocupación de Estadero Nápoles, pero la institución negó su responsabilidad y rechazó tanto el pago de arrendamiento como el reconocimiento del vínculo legítimo de los ocupantes con el predio.
El juzgado estableció que “la permanencia de la base militar constituye un acto de despojo imputable al Estado, al violar el principio de distinción del Derecho Internacional Humanitario, que prohíbe la ocupación de bienes civiles para fines militares, sin la debida legalidad y compensación”.
Por ello, ordenó restituir el predio a Robinson y su familia. Sin embargo, debido al temor de nuevas amenazas, algunos miembros no desean retornar.
Así que el juzgado accedió a las peticiones de la familia y ordenó la “compensación por equivalencia en favor de los solicitantes y a cargo del Fondo de la Unidad de Gestión de Restitución de Tierras Despojadas (UAEGRTD)”.
El IGAC deberá realizar el avalúo comercial del bien y verificar en el inventario de ese Fondo si cuenta con predios en zonas de interés para los beneficiarios de la sentencia.
Robert Gabriel Barreto Lara, director territorial de la URT en Meta, indicó que “la Unidad, a través del Grupo Fondo, compensará a esta familia con un nuevo predio en la ciudad que ellos elijan. Además, tendrán acceso a la oferta institucional del Estado como parte de su reparación integral”.