¿Otra arma? Fiscalía investiga si las heridas en el cuerpo de Miguel Uribe Turbay fueron de la misma arma

En la investigación por el ataque sicarial en contra de Miguel Uribe, una parte importante del proceso ya culminó: las audiencias preparatorias en contra del menor de 14 años implicado. Sin embargo, un detalle sigue pendiente y tiene que ver con el arma de fuego y las heridas en el senador.

La Fiscalía reiteró la necesidad de establecer las circunstancias de modo, tiempo y lugar, que podrían llevar a más responsables en este violento hecho en contra del precandidato presidencial. Pero un dato, aún pendiente, podría dar un giro a la investigación.

La propia fiscal general, Luz Adriana Camargo, advirtió que, en este momento, no se ha logrado establecer si las heridas en el cuerpo del senador Miguel Uribe corresponden o fueron consecuencia de los disparos propinados por la misma arma de fuego. En otras palabras, si en el ataque al precandidato hubo otra arma.

Fuentes cercanas al proceso aseguraron que el senador Miguel Uribe recibió dos impactos de bala. Uno que quedó en el video del aterrador momento con el menor de edad, apuntando directo a la cabeza del senador, y otro que impactó en una pierna en medio de la confusión tras el ataque.

Esa, justamente, es una actuación investigativa que sigue pendiente para la Fiscalía, establecer si los impactos de bala en la humanidad del precandidato presidencial fueron producto de la misma arma, es decir, la que fue incautada al menor en el momento de su aprehensión.

En las audiencias preliminares, la Fiscalía presentó todos los elementos de prueba necesarios para imputar cargos por tentativa de homicidio y tráfico ilegal de armas. El menor no aceptó su responsabilidad en los hechos, aparentemente como una estrategia y apuntando a un principio de oportunidad.

En el curso de la diligencia, la Fiscalía también presentó las declaraciones de personas que estuvieron en el sitio y que, incluso, ayudaron en la captura del menor de edad luego del ataque. Además, los videos de seguridad, y los que fueron grabados por los vecinos, se convirtieron en otra evidencia importante para presentar.

Luego de legalizar la captura y avalar la imputación de cargos en contra del menor, la Fiscalía solicitó una medida de internamiento preventivo, tras considerar que resulta necesario mantenerlo privado a la libertad mientras avanza el proceso en su contra.

El juez aceptó, y bajo estrictas medidas de seguridad, fue trasladado de la clínica donde se encontraba internado hasta el búnker de la Fiscalía, donde, de acuerdo con la fiscal Camargo, se acondicionó un espacio para recluir al menor, en lo que queda del proceso en su contra y que podría derivar en una condena de hasta ocho años de cárcel.