INVESTIGACIÓN

Otro sicario menor de edad estaba listo para atentar contra Miguel Uribe Turbay si el plan inicial fallaba. La Fiscalía lo busca para capturarlo. Esta es la historia

El plan para asesinar a Miguel Uribe Turbay no podía fallar. Una investigación de la Fiscalía reveló que había un “plan B”: otro sicario, menor de edad y armado, listo para ejecutar el crimen.

13 de septiembre de 2025, 7:32 a. m.
Otro joven sicario
El atentado contra Miguel Uribe Turbay ocurrió el 7 de junio. Estuvo cerca de dos meses en la Fundación Santa Fe, pero falleció hace un mes. | Foto: SEMANA

SEMANA conoció nuevos detalles de la investigación por el magnicidio del precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay. En una de las líneas que menos han avanzado dentro de este complejo expediente, aparecen pruebas que revelan que al senador del Centro Democrático lo querían asesinar sin margen de error: para ello contaban con otro menor de edad armado, presente en el lugar, listo para actuar si algo fallaba.

Otro menor de edad fue reclutado para el magnicidio | Semana noticias

A finales de marzo de 2025, en un establecimiento dedicado a la venta de licor y la prostitución en el barrio El Muelle, ubicado en la localidad de Engativá, Harold Daniel Barragán Ovalle, otro joven criminal al servicio de Élder José Arteaga, alias el Costeño o Chipi, cerebro del plan sicarial, buscó a un grupo de menores de edad con el fin de proponerles un negocio muy rentable.

Barragán Ovalle, con graves antecedentes judiciales por la venta de drogas, estafa y el cobro de extorsiones en el occidente de Bogotá, contactó a tres menores de edad, asiduos visitantes del establecimiento, para realizar el atentado sicarial contra Uribe Turbay, sabiendo de antemano que en la tarde del sábado 7 de junio iba a estar en el barrio Modelia, haciendo un recorrido que finalizaría con un mitin político en el parque El Golfito.

El atentado contra Miguel Uribe Turbay se registró en el barrio Modelia. | Foto: SUMINISTRADA A SEMANA API

El hombre ya los conocía de vieja data, puesto que eran “sus fichas” para el tráfico de estupefacientes en el sector y también eran consumidores habituales. Todo giraba en torno a la olla de droga que montó alias el Costeño, aliado del poderoso y hasta ahora enigmático Gancho del Centro, o Gancho Mosco, quien controla el microtráfico en Bogotá y dio la orden de cometer el crimen.

Según confirmaron fuentes humanas y pruebas documentales recolectadas a lo largo de la investigación por este atentado cometido en la tarde del sábado 7 de junio, al lugar de los hechos fue trasladado otro menor de 14 años, quien había recibido previamente varias instrucciones de los integrantes de la banda para ubicar y atacar al senador.

Lenguaje cifrado para el magnicidio | Semana noticias

Este menor, según se pudo confirmar, fue recogido en la avenida Primero de Mayo, en la localidad de Kennedy. Tras darle varias instrucciones, llegó en compañía de otra mujer hasta el barrio Modelia, justo en el momento en que Miguel Uribe Turbay daba un discurso en una improvisada tarima, que en realidad era una canasta, cuando recibió los impactos de bala en la cabeza.

Fuentes cercanas a la investigación le confirmaron a SEMANA que el otro sicario que llegó al lugar también portaba un arma de fuego. | Foto: SUMINISTRADA A SEMANA API

“Era otro menor de edad que iba a participar en el hecho y en el transcurso de la acción”, precisó la fiscal durante la imputación de cargos que se adelantó en contra de Barragán Ovalle, pieza fundamental en las labores de logística para el atentado contra el dirigente político de la oposición.

Fuentes cercanas a la investigación le confirmaron a SEMANA que el otro sicario que llegó al lugar también portaba un arma de fuego que accionaría si el adolescente ya capturado y condenado, a quien se le conocía con el sobrenombre de Tianz, no realizaba el ataque contra la integridad del senador.

Igualmente, contaba con todas las indicaciones de Barragán Ovalle y de Katherine Martínez, conocida con el alias de Gabriela, para accionar el arma de fuego y emprender la huida del sector, sabiendo que una motocicleta lo estaba esperando a pocas cuadras del parque.

En varias comunicaciones interceptadas en el grupo de WhatsApp ‘Plata o plomo’, en el cual estaba Élder Arteaga Hernández y otra persona a la que se está intentando identificar plenamente, los investigadores del grupo multidisciplinario conformado por agentes de la Fiscalía y de la Dijín de la Policía Nacional registraron mensajes en los que Barragán Ovalle hablaba en un lenguaje encriptado, dando instrucciones para ejecutar el crimen.

Los chats encontrados en el celular de Daniel Barragán Ovalle sirvieron para poner al descubierto la red de sicarios y traficantes incrustada en el barrio El Muelle, de Engativá.
Los chats encontrados en el celular de Daniel Barragán Ovalle sirvieron para poner al descubierto la red de sicarios y traficantes incrustada en el barrio El Muelle, de Engativá. | Foto: SUMINISTRADA A SEMANA API

Burlándose de la juventud de los sicarios, Barragán Ovalle insistía en la “necesidad de romper la piñata” para aludir al atentado contra Uribe Turbay, y repetía, como lo hacía el Costeño, que lo mejor era usar menores de edad, pues la justicia con ellos es menos severa.

Igualmente, como una burla contra el senador Uribe Turbay, el criminal Barragán Ovalle daba instrucciones a los menores sobre la forma en cómo debía realizarse el atentado: “Entre 4:00 y 4:30 nos llega el paciente”, señala uno de los mensajes del grupo de WhatsApp, cuya información es clave para ubicar a los otros integrantes de la organización criminal.

La evidencia no se borró

Los investigadores ya recopilaron, gracias a una extracción forense, todos los mensajes que se intercambiaron en este macabro grupo. Esto pese a que Barragán Ovalle borró toda la evidencia antes de entregar su celular a la Fiscalía General a mediados de julio, ya cuando se estaba cerrando el cerco y todos los involucrados sabían que la orden era asesinarlos para no dejar ninguna pista.

Entre los mensajes que intentó borrar se encuentran aquellos en los que, con toda la sangre fría y sin muestra de arrepentimiento, daba instrucciones para que se le dieran dos disparos en la cabeza al senador.

En el cruce de mensajes quedó claro que el atentado debía ejecutarse sí o sí ese 7 de junio. | Foto: SUMINISTRADA A SEMANA API

También había información recolectada sobre los seguimientos que se habían realizado en los últimos días de marzo y los primeros días de junio al senador Uribe Turbay en la ciudad de Bogotá y municipios aledaños donde realizó actos políticos o simplemente salidas con su núcleo familiar. Incluso, la Fiscalía estableció que los seguimientos llegaron hasta el colegio donde estudia el hijo del dirigente del Centro Democrático asesinado.

En el chat aparecen fotografías de la camioneta en la que se movilizaba el congresista para sus desplazamientos diarios dentro de la ciudad de Bogotá, el cuerpo de seguridad y escolta que lo acompañaba, y se detalla el plan para cometer el atentado que terminó con la muerte del senador hace ya un mes.

En el cruce de mensajes quedó claro que el atentado debía ejecutarse sí o sí ese 7 de junio. El mismo Barragán Ovalle dio la instrucción de realizar una modificación al arma para que disparara en modo “ráfaga” y así lograr el macabro objetivo.

Borrar toda la evidencia del magnicidio | Semana noticias

Incluso, el día anterior, Barragán Ovalle citó en su casa a los menores de edad sicarios para “alistar detalles”. Eso ratifica la tesis de la Fiscalía de que en el lugar del crimen había dos sicarios, es decir, tenían un “plan B”. En ese encuentro se registró una videollamada con alias Chipi o el Costeño, y todo quedó listo para ejecutar el asesinato.

Desde el ente investigador confirmaron que el menor de edad que estaba listo para terminar de ejecutar el delito si algo fallaba ya fue plenamente identificado, por lo que las fuentes consultadas indicaron que en los próximos días será aprehendido para ser presentado ante un juez de infancia y adolescencia.

La Fiscalía General tiene evidencias que señalan que el coordinador del atentado contactó a una persona en Engativá para ejecutar un plan cuyo objetivo era eliminar a los procesados o capturados por estos hechos, e impedir así que entregaran información.

Harold Daniel Barragán Ovalle era la mano derecha del Élder José Arteaga, alias el Costeño, y fue quien se encargó de reclutar a los menores para el crimen.
Harold Daniel Barragán Ovalle era la mano derecha del Élder José Arteaga, alias el Costeño, y fue quien se encargó de reclutar a los menores para el crimen. | Foto: SUMINISTRADA A SEMANA API

Esta es otra de las líneas de investigación que sigue abierta, pues existen varias versiones sobre un plan para eliminar a todas las personas que participaron o tuvieron conocimiento de la logística del atentado contra el precandidato presidencial.

Los integrantes de la organización, señaló una fuente a SEMANA, tenían conocimiento de que esta era una “misión suicida”, por lo que “al notar que ‘se calentó el parche’” hicieron todo lo posible por ocultarse y eliminar cualquier evidencia que los vinculara con este caso. Uno a uno han venido cayendo los miembros de la banda que opera en el barrio El Muelle, pero se esperan avances que den certeza sobre quién es el autor intelectual del crimen que enlutó al país y sobre el cual siguen reinando las dudas.