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Por primera vez se reconoce legalmente a una persona como tercer género en Colombia
Johnajohn Campo recibió el título de “maestre” en Artes Plásticas del Instituto Departamental de Bellas Artes del Valle del Cauca. Dicha titulación es catalogada como no binaria, o de género neutro.
El 13 de agosto de 2021, en una ceremonia organizada en el conservatorio de música Antonio María Valencia del centro de Cali, se llevó a cabo la graduación de 12 estudiantes del programa de Artes Plásticas del Instituto Departamental del Valle del Cauca.
Lo particular es que uno de los diplomas entregados no decía “maestro” o “maestra”, que es el nombre que reciben estos profesionales al titularse, sino que se leía la palabra “maestre”, la cual indica que Johnajohn Campo Betancourt no se identifica con el género masculino o el femenino y que se convierte en el primer documento legal en la historia de Colombia que reconoce que una persona se identifica como perteneciente al género no binario.
“Desde mi infancia siempre he tenido características masculinas y femeninas, y nunca he encajado en el imaginario social de cómo debería ser un hombre o una mujer. Por eso, desde 2017, adopté el género “no binarie” (Con letra e al final), pues en él encuentro un reconocimiento a mi expresión real de género”, aclaró Johnajohn.
En 2019 decidió que su futuro sería ser artista plástico, una actividad que ejercía desde 2013 de manera empírica con diferentes performances, o presentaciones, en las calles de Cali. Creó un personaje llamado Pasión Cusqueña, una drag queen activista que luchaba por los derechos de la población LGBTI.
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Aunque no ha realizado su cambio de nombre legal ante la Registraduría Nacional del Estado Civil, solicitó ingresar al programa académico de Bellas Artes con su nombre identitario, el cual es Johnajohn. Encontró tolerancia en la comunidad educativa y este lugar se convirtió en un espacio seguro para poder ser.
“Yo no quería que mi título profesional dijera “él” o “ella” y por eso me amparé en la sentencia T-447/19 de la Corte Constitucional, la cual garantiza la perspectiva de género y el lenguaje inclusivo. Decidí solicitarle al consejo académico de la universidad que se me reconociera la tercera opción de titulación no binaria, la cual me aprobaron a través de la resolución 029 de 2021″, recuerda.
Resulta particular que el título profesional de maestre no había sido expedido nunca en Colombia, lo cual abre la puerta a que otros documentos legales puedan llevar también este tercer género como parte de la identidad de su portador. “Esto genera un precedente importante para la población LGBTI, pues nos permite enunciarnos de la forma en la que queremos ser reconocidos/as ante la sociedad. Me siento orgullosa y es un reto, porque ahora lo importante es ver cómo lograr la sostenibilidad de mi proyecto de vida”, comentó feliz Johnajohn.
Su interés ahora es materializar su proyecto de grado junto a la fundación Twiggy, el cual está relacionado con la memoria cultural de la población trans de Cali, la cual ha sufrido discriminación y persecución durante años. “Hemos evolucionado en materia de garantía de derechos: antes, vestirnos como trans significaba una contravención a la Policía e incluso (implicaba) cárcel. Hoy en día podemos ser nosotras mismas sin miedo”, puntualizó.
Otro caso interesante de identidad no binaria es el de Donney Cardona, de 26 años, quien empezó a cuestionar su identidad de género de manera consciente a los 19 años. “No me sentía ni como un hombre ni como una mujer y cada vez me apartaba más del binarismo que se da por sentado en la sociedad: hombre o mujer, azul o rosado, esto o aquello”, comentó en entrevista con el diario El Tiempo.
Lo cierto es que cada vez más las personas que no se sienten identificadas con el género sexual que les fue asignado al nacer deciden levantar su voz y buscar su propia denominación no binaria. La historia de Johnajohn sienta un precedente legal, difícil de eludir a futuro en otros documentos colombianos.