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Profamilia asegura que puede mantener el suministro de anticonceptivos escasos en Colombia
De acuerdo con Asocoldro, esta falta de productos anticonceptivos se debe –mayoritariamente– a la guerra entre Rusia y Ucrania.
El pasado 6 de julio, la Asociación Colombiana de Droguistas Detallistas (Asocoldro) lanzó una alerta en la que informó que en el país había un desabastecimiento de anticonceptivos.
La entidad detalló que los productos que presentan esta escasez en las farmacias de Colombia incluyen los anticonceptivos de uso oral (pastillas) y de uso parenteral (inyecciones), claves para la garantía de la salud sexual y reproductiva de las colombianas.
En diálogo con SEMANA, el presidente de Asocoldro, Alfonso Cuitiva, aseguró que esta situación se presenta como daño colateral de la guerra entre Rusia y Ucrania, pues Ucrania es uno de los principales exportadores de insumos que se utilizan para la fabricación de estos anticonceptivos.
Asimismo, dijo que dentro de los factores que influyen en el posible desabastecimiento de estos fármacos está el control de precios que estableció la administración de Alejandro Gaviria del Ministerio de Salud y Protección Social en 2018.
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Según Cuitiva, esta medida, con el precio actual del dólar, hace que los pocos fabricantes nacionales deban priorizar otros mercados sobre el colombiano para comercializar estos anticonceptivos.
Esta situación de escasez y un posible desabastecimiento de los productos mencionados afecta, principalmente, a las mujeres en edad reproductiva que los utilizan como método de planificación.
Frente a este panorama, Profamilia emitió un comunicado de prensa este martes en el que aseguró que tiene la capacidad para suplir con estos productos a las mujeres que los necesiten.
“Ante el posible desabastecimiento de métodos anticonceptivos en el país, específicamente de la asociación de la Drospirenona + Etinilestradiol, la organización está en capacidad de distribuir el medicamento en su red de 49 clínicas en 23 departamentos y 35 ciudades de Colombia”, afirmó la entidad.
En diálogo con SEMANA, el asesor científico de Profamilia, Juan Carlos Vargas, aseguró que desde la labor de sus clínicas, la entidad puede ofrecer servicios de consulta a las mujeres que se hayan visto afectadas con esta escasez de anticonceptivos, indicándoles con una base médica y teniendo en cuenta sus antecedentes, qué producto puede servirles para reemplazar el que venían usando.
Mediante el servicio de orientación y consejería que ofrecen, las mujeres podrían incluso encontrar otro fármaco con la misma combinación que tomaban y no pueden conseguir. “Muchas veces las dos moléculas que están escasas pueden tener otro nombre comercial que sí se pueda conseguir más fácilmente”, señala Vargas.
De acuerdo con el experto, la importancia de que las mujeres consulten previo a cambiar su método de planificación recae en que la combinación de moléculas que se emplea en muchos de los fármacos se han establecido con el fin de minimizar riesgos como el de trombosis venosa profunda.
“Hay unas moléculas que tienen una mayor probabilidad de generar este efecto adverso. Por eso es importante que si la paciente tiene que hacer el cambio y tiene antecedentes familiares o personales”, pueda asesorarse con un experto para saber qué moléculas le convienen en su proceso de anticoncepción.
En el caso de las mujeres que se han visto afectadas por esta escasez de anticonceptivos, tienen dos opciones para acceder a este servicio de Profamilia. La primera es solicitar una cita por medio de los canales de comunicación que la entidad tiene en su página web. Sin embargo, las consultas particulares tienen un costo.
Por esto, existe también la opción de solicitar una remisión a Profamilia desde la entidad promotora de salud (EPS) de cada una, con el fin de que esta consulta sea gratuita y pueda continuar con su método de planificación o adquirir uno nuevo sin riesgos de salud.
En cuanto a las mujeres que quieran hacer el cambio por un método como el dispositivo intrauterino –más conocido como T– de cobre, el experto manifiesta que no hay problema alguno porque su efectividad es inmediata.
El problema es si se cambia de píldoras anticonceptivas a inyectables, o viceversa, porque mientras se establece el control de la ovulación pueden llegar a tardar hasta un mes en hacer efecto. “Es importante advertir a las mujeres que si se hace un cambio como este, o de marca y componentes, deben utilizar un método de barrera, un condón, durante –por lo menos– el mes siguiente”.