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Proteger las cuencas, una tarea inaplazable para garantizar la seguridad hídrica en Colombia
Juliana Delgado, coordinadora de Ciencias del Programa de NASCA de The Nature Conservancy, analiza la realidad de las cuencas hidrográficas en el país. Advierte sobre la pérdida de biodiversidad en los ecosistemas de agua dulce y resalta la necesidad de lograr un equilibrio económico y ambiental para garantizar la seguridad hídrica en el futuro.
SEMANA: ¿Cuál es la realidad de las cuencas hidrográficas en Colombia?
Juliana Delgado: El estado de las cuencas del país es el resumen de la historia de desarrollo del mismo territorio. Tenemos cuencas en mejores condiciones que otras, por ejemplo, la de la Amazonia, a pesar del proceso tan avanzado y alarmante de la deforestación, sigue teniendo una gran parte de su cobertura natural. La cuenca de la Orinoquia, pese a las transformaciones que ha tenido la sabana por cultivos de agroindustria, sigue manteniendo mucha de su naturalidad. Sin embargo, cuencas como la del Magdalena-Cauca, que históricamente han sido el eje y la columna vertebral del desarrollo en Colombia, representan precisamente las malas decisiones que buscan aportar o beneficiar a un solo grupo, sector económico o personas. Otro ejemplo de cuencas que presentan un panorama preocupante son las del Pacífico. Están abandonadas, hay mucha deforestación y minería ilegal.
SEMANA: ¿Qué tanto las afectan fenómenos globales como el del cambio climático y la pérdida de la biodiversidad?
J.D.: El primero es un problema reconocido por la mayoría de personas. El segundo aún no, debido a la poca divulgación. En esta crisis los sistemas de agua dulce son los que están en peor estado. Las especies relacionadas con este tipo de ecosistemas han desaparecido en grandes cantidades en los últimos años. Todos dependemos de los ecosistemas de agua dulce pues de allí sale la energía, el agua potable y el agua para riego.
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SEMANA: ¿Cómo aprovechar mejor estos ecosistemas de manera sostenible y responsable?
J.D.: El concepto de sostenibilidad tiene tres grandes ejes: economía, social y ambiental. Si buscamos un equilibrio entre ellos, el ejercicio de la sostenibilidad sería muy fácil. Sin embargo, hemos hecho más énfasis en el desarrollo económico antes que el bienestar social y ambiental. Actualmente hay marcos metodológicos, información y herramientas que permiten hacer una evaluación más objetiva de cómo hacer ese balance. Hay que reconocer que es posible hacerlo, es una responsabilidad de todos. Todos los actores relevantes tienen que saber quiénes ganan y quiénes pierden. Debe haber una compensación sobre los que pierden. La información debe ser abierta y los procesos de toma de decisiones transparentes y participativos, buscando esa equidad en la distribución de los beneficios del desarrollo y compensar los daños.
SEMANA: En esta línea, ¿cuál es la posición de la organización frente a proyectos como la APP del Magdalena que buscan recuperar su navegabilidad?
J.D.: Yo creo que nadie se opone a la navegabilidad del río. El asunto es que debemos hacernos las preguntas correctas, saber cuáles son los beneficios de la navegabilidad y quiénes se van a beneficiar y quiénes van a salir perjudicados, conocer cómo se va a manejar la distribución de esos beneficios y los impactos en las otras economías que quedarían afectadas. Estas preguntas son las que no han sido claras en este proceso. No hay diseños detallados en los que se explique concretamente cómo se va a realizar el proyecto. Creemos que el proceso puede ser mejor.
SEMANA: ¿Cómo trabajan para la protección de estos ecosistemas?
J.D.: Primero mantenemos una visión integral de los sistemas para evitar no incluir algún problema o actores relevantes. Planteamos soluciones innovadoras para tratar de hacer las cosas diferentes. Nos gusta generar información, herramientas y conocimientos para ponerlas sobre la mesa de quienes toman las decisiones y que estas sean mejor informadas.
SEMANA: ¿En qué consisten los fondos de agua y cuál es su objetivo?
J.D.: Los fondos de agua nacieron como un mecanismo de gobernanza y financiero para promover la conservación en cuencas abastecedoras. El propósito es crear y fortalecer las alianzas para que los actores que están relacionados en esas cuencas puedan trabajar articuladamente y tengan objetivos claros en términos de seguridad hídrica y de esas acciones r para mejorarla. De esta manera, nosotros promovemos la articulación de actores.