INVESTIGACIÓN
¿Qué pasó con el caso de Papá Pitufo? Él y sus secuaces están libres, mientras la fiscal que los investigó terminó amenazada, trasladada y perseguida en la Fiscalía
Del escándalo del llamado zar de contrabando no queda nada. Él sigue en Portugal, unos capturados quedaron en libertad, se vencieron los términos y la fiscal que los investigó fue trasladada a un rincón lleno de expedientes, donde recibe denuncias por hurtos callejeros.

Hace más de un año se lanzó un operativo sin precedentes en la Fiscalía contra las redes de contrabandistas en Colombia. La organización de Diego Marín, alias Papá Pitufo, quedó al descubierto, así como su red de corrupción en la Dian y en la Policía Fiscal y Aduanera.
El considerado contrabandista más grande del país ocupó titulares, el presidente Petro exigió resultados y pidió su extradición. Sin embargo, hoy, de ese escándalo no se volvió a tener noticias, y Marín y sus secuaces están libres. Lo que sí quedó en evidencia fue el poder corruptor de Papá Pitufo. En la Fiscalía, una investigación en su contra se paseó más de cinco años por los despachos de los fiscales, sin resultados.
Fue después de la denuncia de un corrupto arrepentido que el proceso aterrizó en manos de la fiscal Paola Andrea Londoño. Ella, en solo cinco meses, logró lo que el fiscal Andrés Marín, quien llevaba el caso, no pudo en un lustro, según cuentan los investigadores.

Una docena de capturados, entre oficiales, suboficiales, funcionarios y cabecillas de esa red de contrabando, cayeron en la operación Mercurius. Los resultados fueron tan destacados que en abril de 2024, por orden de la fiscal Luz Adriana Camargo, se hizo una asignación especial del proceso que cursaba contra Marín.
El caso aterrizó en el despacho de la fiscal Londoño, aunque alias Papá Pitufo, quien por su poder corruptor sabía que le seguían los pasos, se había fugado cinco meses antes. La fiscal Londoño logró la orden de captura contra Papá Pitufo, hizo las solicitudes de circular roja ante Interpol y sus argumentos se incluyeron en la solicitud de extradición. En Colombia, la primera fase contra la organización criminal fue un éxito.
De esa forma se destapó la maraña corrupta de policías al servicio del cabecilla del contrabando y una historia de espías e infiltrados que ambientó esta película. Hasta el director de la Policía Fiscal y Aduanera (Polfa) se convirtió en agente encubierto, recibió sobornos, en entregas controladas, por más de 1.000 millones de pesos.

Un escándalo que reveló la Fiscalía y que incluso se convirtió en un ejemplo de investigación en manos de la fiscal que, irónicamente, según el coordinador de tareas especiales de la misma Fiscalía, Jorge Velásquez Niño, no tenía experiencia y, al final, la mando a recibir denuncias en una ventanilla.
La fiscal Londoño fue condecorada por la investigación y el ministro de Defensa en ese momento, Iván Velásquez, le entregó la medalla. Sin embargo, semanas antes, la funcionaria fue advertida de una resolución firmada por la fiscal Luz Adriana Camargo, que, en pocas palabras, la sacó del caso.
Un documento conocido por SEMANA, y firmado por un fiscal delegado ante la Corte Suprema de Justicia, advierte, sin rodeos, que la fiscal Londoño no tenía la experiencia para asumir el expediente. Paradójicamente, se demostró que ella logró desarticular la red de contrabando, narcotráfico y corrupción más grande del país. Y sin explicación, la removieron del proceso.

“Por la complejidad y el volumen de los casos, así como la cantidad de personas vinculadas o por vincular, se requiere que un funcionario de mayor experiencia dirija las investigaciones hasta su culminación”, señala el documento que convirtió a la fiscal Londoño, de un plumazo, en una funcionaria de apoyo, en la investigación que antes había liderado con resultados. La fiscal Londoño terminó trasladada a la seccional de Bogotá, a la unidad de alertas tempranas, en un pequeño despacho abierto al público.
Así las cosas, la fiscal que enfrentó a la organización de Papá Pitufo, capturó a los cabecillas, develó la corrupción más descarada en la Policía y los nexos con la campaña Petro Presidente 2022, que fue condecorada por el Gobierno y aplaudida en la Fiscalía, está recibiendo y organizando denuncias.
Londoño tenía un encargo como fiscal seccional, en su traslado la bajaron de cargo, le redujeron el sueldo y fue víctima de amenazas. Y no solo ella, pues los criminales también la emprendieron contra su hija por poner al desnudo la gigantesca red de contrabando que comprometía a funcionarios públicos y uniformados. Pidió protección a la misma Fiscalía y se la negaron.

Su situación demuestra que la única que perdió contra Papá Pitufo fue ella. Mientras tanto, los capturados, señalados como cabecillas de esa red criminal, fueron quedando en libertad.
La fiscal que dejaron en el proceso, Nancy Carolina Aponte, “de mayor experiencia”, dejó vencer los términos y los protagonistas de este escándalo, como alias El Bendecido, le ganaron un round a la justicia. La investigación tenía otras fases, y ninguna se cumplió.
En las declaraciones que entregó el agente infiltrado de la Fiscalía, cuando el proceso estaba en manos de la fiscal Londoño, se hicieron graves revelaciones, y se destapó un listado de personas vinculadas, señaladas o asociadas con la organización criminal, donde había oficiales de la Policía, funcionarios de la Dian y hasta exministros de Defensa. En el expediente figuran evidencias como esta:
Preguntado: ¿Puede indicar a esta Policía Judicial si conoce el nombre de la señora teniente, coronel, ayudante del señor director de la Policía, que el señor Vanegas le mencionó?
Respondido: El nombre no lo recuerdo, pero en la fotografía que me mostró es la señora teniente coronel que está al lado del señor director de la Policía, en todas sus ceremonias.
Preguntado: ¿Puede mencionar el nombre del señor ministro que hizo mención al inicio de la diligencia?
Respondido: Es el ministro de Defensa actual, se me escapa el nombre.

Este es un ejemplo de las contundentes confesiones que se lograron. Sin embargo, implicados en la red criminal salieron campantes de la investigación que se supone debió continuar.
Un agente infiltrado que se vendió, un subintendente que amasó una fortuna con los sobornos que se repartían en Cartagena para todos los uniformados de la Policía Fiscal y Aduanera, el resto de contrabandistas, los funcionarios de la Dian y los enlaces con políticos, terminaron beneficiados con el cambio de fiscal.
Alias Papá Pitufo, según las declaraciones de los agentes encubiertos, cabecilla de esta red criminal, también vinculado a hechos de narcotráfico, está libre. La solicitud de extradición no ha prosperado y en Colombia se prorrogó la orden de captura en su contra. Su proceso se enredó con una nulidad que interpuso la defensa y se espera la acusación en noviembre.

El balance de la gran investigación que desnudó, por un momento, la red de Papá Pitufo, está así: los cabecillas, libres, los prófugos, escondidos; los implicados, que no fueron capturados en la primera fase de la operación Mercurius, disfrutando de los sobornos, y la fiscal que los persiguió, amenazada, trasladada y medicada por problemas de salud.
Las versiones que entregaron los testigos y que se esperaban confirmar con las otras fases de la investigación, se convirtieron en sendas dudas. Advierten que Papá Pitufo tenía un baúl de oscuros secretos de la justicia y la clase política en todos los niveles.
Una caja de Pandora que muchos se interesaron en mantener con llave. Al final, quien ganó con la resolución firmada por la fiscal Luz Adriana Camargo, que terminó sacando a la fiscal del caso, fue, justamente, alias Papá Pitufo.
Quienes sentían los pasos de animal gigante con su llegada, extraditado de Portugal, celebraron que está libre y con los secretos del contrabando guardados.