Bogotá
Restaurantes deberán pagar por usar el espacio público en Bogotá
Así lo estableció el Distrito en la reglamentación del programa Bogotá a Cielo Abierto. La cifra a pagar variará de acuerdo con la zona y al tiempo.
Tras varias mesas de concertación y un amplio proceso de socialización con el sector gastronómico, y teniendo en cuenta los avances en la reactivación económica de la ciudad, la Alcaldía Mayor de Bogotá expidió el Decreto 070 de 2022 que le da vía libre a la estrategia de revitalización del espacio público “Bogotá a Cielo Abierto 2.0″ y el cual establece que los restaurantes y establecimientos que quieran hacer uso del espacio público deberán pagar una contribución al Distrito.
La iniciativa garantizará que los peatones y los comerciantes puedan compartir el espacio público, a la vez que impulsa la inclusión social de la población vulnerable en dos formas: la primera, permitiendo el desarrollo organizado de sus actividades a vendedores informales y artistas callejeros; la segunda, por medio de la formalización laboral, a esta población.
La revitalización del espacio público bajo el marco de Bogotá a Cielo Abierto, además de la inclusión social y la organización urbanística de las zonas, permitirá la reinversión en mantenimiento y mejora del espacio público con los recursos que se generen por el aprovechamiento económico de estos sectores o espacios.
El valor a pagar de los restaurantes o establecimientos que hagan uso del espacio público en la ciudad dependerá del avalúo comercial, del factor inductivo de renta del suelo, del área de aprovechamiento específico del espacio público sobre la cual se realizará la actividad económica, del tiempo y del factor de restricción de cada área. En otras palabras, el valor a pagar variará de acuerdo con cada restaurante, al área que vaya a usar y a la zona en que esté ubicado.
Tendencias
Esta reinversión se podrá materializar en mejoras de andenes, parques o alamedas, iluminación, señalización y renovación del mobiliario urbano, así como la instalación de cámaras de seguridad. Adicional a esto, si en el sector donde va a operar el modelo se evidencia que no es necesaria una intervención en el espacio público, la reinversión de los recursos se podrá realizar en otros sectores de la ciudad.
Esta estrategia de revitalización contempla la autorización de uso del espacio público de parte de camiones de comida o ‘FoodTruck’, garantizando el cumplimento de protocolos de salubridad y seguridad, así como de limpieza y cuidado del espacio público.
Cabe destacar que las 41 zonas gastronómicas que han operado con antelación a la expedición de este Decreto-, bajo la modalidad A Cielo Abierto en el marco de la reactivación económica, entrarán en una etapa de transición hasta el primero de julio de 2022 para que puedan adelantar el proceso de inscripción contemplado en el decreto.
Este trámite se realizará ante el Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público (Dadep) quien primero hará una revisión del cumplimiento de los requisitos, y solo hasta que este proceso sea aprobado, se implementará el modelo de retribución económica.
“Bogotá a Cielo Abierto 2.0 será ahora una actividad económica permanente, con un modelo operativo que permitirá utilizar y aprovechar el espacio público, manteniendo un ejercicio de corresponsabilidad entre la ciudad y los sectores productivos, pero con un tratamiento inclusivo. Esto, nos permitirá darle escalabilidad a la estrategia y continuar con un modelo económico positivo para Bogotá“, señaló Alfredo Bateman, secretario de Desarrollo Económico.
Por su parte, para Diana Alejandra Rodríguez Cortés, directora del Dadep, “con Bogotá A Cielo Abierto 2.0 estamos demostrando las bondades del espacio público y de los modelos de aprovechamiento económico con los que cuenta la ciudad. Garantizamos, no solo que se utilicen de forma correcta los andenes y las vías, para el ejercicio de una actividad económica, sino que, además, esto servirá para mejorar y mantener los entornos y vincular a la población vulnerable”.
De esta manera, Bogotá a Cielo Abierto deja de ser un proyecto piloto que surgió para atenuar los efectos económicos de la crisis que generó la pandemia, para convertirse en una política de ciudad a largo plazo, que articulan las ventajas de la estrategia y los instrumentos de aprovechamiento económico.