MEDIO AMBIENTE
“Si los incendios se extienden, el daño va a ser crítico”: director del Humboldt habla con SEMANA y lanza preocupante alerta para la biodiversidad
Hernando García, experto biólogo y director del Instituto Humboldt, el guardián de la enorme riqueza natural del país, explica el daño irreversible que las llamas están dejando en la naturaleza.
SEMANA: ¿Por qué están sucediendo estos incendios?
Hernando García: Estamos viviendo una doble consecuencia: los efectos de El Niño, menos lluvias y unos días mucho más calurosos. Y esa combinación en ecosistemas transformados, como los cerros orientales de Bogotá, que son el refugio de una biodiversidad única, los ha vuelto muy vulnerables.
SEMANA: ¿Qué pasa con el bosque cuando las llamas se encienden?
H.G.: En los cerros orientales viven muchos animales. Muchísimas aves, algunas migratorias que utilizan estos bosques en esas épocas. También mamíferos, como tigrillos y coatíes. Reptiles e insectos. Vive, por ejemplo, una ranita endémica para la que los cerros son su único refugio. Algunos de ellos están alcanzando a migrar. Los coatíes, por ejemplo, puede que alcancen a huir, pero no si están criando, porque nunca dejarían a sus hijos. Pero otros están muriendo.
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SEMANA: ¿Qué especies podrían ser las más afectadas?
H.G.: Por ejemplo, las ranas. Ellas respiran por la piel y necesitan humedad para sobrevivir. Entonces, habrá una pérdida grande de especies que no pueden moverse, porque no tienen cómo reaccionar. Algunas otras van a poder moverse. Lo importante es que esto no se siga expandiendo. Si esto aumenta, el daño va a ser crítico.
SEMANA: ¿Qué significa la pérdida de los frailejones en el páramo en Santander?
H.G.: Perder hectáreas en los páramos de Santurbán y de Berlín es doloroso. Me duele mucho. En Colombia hay más de 100 especies de frailejones. Es en nuestro país donde esta especie tiene una explosión en términos de biodiversidad. Pueden soportar enormes cambios de temperatura y a través de sus hojas en rosetas capturan el agua que viene en la neblina. Su función ecológica es muy importante, porque son esenciales en la regulación hídrica. Y muchas especies viven dentro del frailejón y, a su vez, son el alimento de otras, como el oso de anteojos. Es emblemática, parte de nuestra identidad como país.
SEMANA: Estos incendios se han presentado con intensidad en los últimos meses en la Amazonia. ¿Cuál es el impacto?
H.G.: Yo he tenido la posibilidad de ver lo que queda tras una quema. Es un drama ecológico para el planeta, para la salud de la humanidad. La selva amazónica en su conjunto es probablemente el espacio más importante para la preservación de la vida. Son selvas con millones de especies. Pero, además, tiene un rol muy importante en el ciclo del agua dulce del planeta. El 27 % del agua dulce pasa por el proceso de filtrado de la Amazonia. Duele muchísimo ver quemarse la selva como duele perder el páramo y como duele cualquier incendio sobre un ecosistema. Colombia debe soportar su crecimiento en el bosque y no en la tumba del bosque.