INVESTIGACIÓN
The New York Times y las carpetas secretas
Uno de los diarios más influyentes de Estados Unidos se pronuncia hoy sobre el caso de espionaje revelado por SEMANA.
Ocho días después de conocida, la investigación de la revista SEMANA sobre las carpetas secretas del Ejército sigue teniendo fuerte eco en la prensa de Estados Unidos. Este sábado, el prestigioso diario ‘The New York Times‘ dedica un espacio de media página a un artículo de opinión firmado por el Consejo Editorial, un grupo de periodistas que, como dice su presentación "fundamenta sus opiniones en la experiencia, la investigación, el debate y los viejos valores".
Bajo el titular ‘Qué hizo Colombia con las herramientas de espionaje americanas‘, destaca como un hecho "tristemente poco sorprendente" la noticia de que una unidad del Ejército colombiano utilizara equipo de vigilancia estadounidense, proporcionado para luchar contra el narcotráfico y las guerrillas, para espiar a periodistas, opositores políticos y figuras públicas.
Resalta, además, que entre los periodistas afectados está Nicholas Casey, el reportero del ‘New York Times‘ que reveló hace un año que "el jefe del Ejército colombiano —general Nicacio Martínez— había ordenado a las tropas que duplicaran el número de delincuentes y militantes que mataban o capturaban, orden que recordaba los excesos de las décadas de conflicto del Ejército contra los grupos rebeldes y paramilitares".
En otro aparte, en el cual destaca que la revista SEMANA fue la primera en publicar que el Ejército recopiló expedientes elaborados sobre más de 130 personas, señala que entre los objetivos también había reporteros de ‘The Wall Street Journal‘ y de NPR (National Public Radio). Anota, además, que las herramientas de la unidad, según ‘The Wall Street Journal‘, incluían dispositivos de escucha y otros equipos suministrados por Estados Unidos y que los miembros de la unidad de inteligencia se ayudaban a sí mismos con el dinero de la ayuda americana.
"El hecho de que los recursos suministrados por Estados Unidos para combatir el tráfico de drogas a los Estados Unidos se utilizaran para espiar a los reporteros estadounidenses es especialmente molesto. El Pentágono también debe abordar la forma en que vigila su ayuda", dice la nota editorial publicada por ‘The New York Times‘.
La misma resalta que, pese a los acuerdos de paz de 2016, los grupos armados ilegales, ligados al narcotráfico, siguen siendo un flagelo importante en Colombia y dice: "El Gobierno de Trump ha ejercido una fuerte presión sobre Colombia para que tome medidas enérgicas, pero a pesar de los 10.000 millones de dólares de ayuda estadounidense, la lucha ha mostrado pocos progresos". Alude en seguida al aumento de los narcocultivos y al asesinato continuo de líderes sociales y exmiembros de las Farc.
"Esta pobre demostración es una razón plausible por la que el Ejército se esforzaría mucho por mostrar resultados —dice—. Y aunque no está claro quién ordenó la operación de vigilancia, de la que el Gobierno colombiano y los altos mandos del Ejército insisten en que no sabían nada, no es difícil entender por qué al menos algunos elementos del Ejército querrían vigilar a quienes los vigilan".
Lo que está en juego
El Consejo Editorial plantea que con estos hechos escandalosos hacen que esté en juego la condición de Colombia como uno de los principales aliados de Estados Unidos en la región. "Por su propio bien, y por su futuro, Colombia necesita asegurarse de que su Ejército se atenga a estrictas reglas de comportamiento", afirma, aunque en seguida destaca como progresos el reciente despido de 11 oficiales de la Unidad de Inteligencia y la condena que el presidente Iván Duque ha hecho de los seguimientos. Sin embargo, dice también que con este asunto "la propia credibilidad del señor Duque también está en juego".
Uno de los párrafos más contundentes del artículo dice: "Colombia necesita abordar no solo las malas conductas de sus militares cuando son expuestas por la prensa, sino también la cultura del abuso y la sensación de estar por encima de la ley que siguen infectando al Ejército. No tiene mucho sentido denunciar las violaciones de los derechos humanos y, al mismo tiempo, designar a un oficial con el historial del general Martínez Espinel para dirigir el Ejército".
Y remata: "La lucha contra los grupos rebeldes, no importa cuán exasperante o cuán urgentemente impulsada por la administración Trump, no puede ser un retorno a las guerras civiles que asolaron el país durante al menos medio siglo. Eso es algo que el presidente Duque, y su principal aliado extranjero, debería dejar muy claro".
Tendencias
Articulo de los diarios Wall Street Journal, de Estados Unidos, y Folha, de Brasi, sobre la investigación de SEMANA.
Lo que han dicho otro medios
En otro artículo, publicado también este sábado por ‘Folha‘, el diario de mayor circulación de Brasil, se hace una detallada referencia a la investigación de SEMANA. La nota tiene el titulo "Después de una revelación de espionaje militar, Colombia enfrenta una crisis" y tiene la firma de Sylvia Colombo.
Entre las reseñas de los principales medios del mundo está el artículo que también publicó en una página completa el influyente ‘Wall Street Journal‘, en el que afirmaba, entre otras cosas, que “la embajada de Estados Unidos en Bogotá dijo que está profundamente preocupada por las acusaciones en los informes de los medios de actividad ilegal dentro de las Fuerzas Armadas colombianas y sobre cualquier posible mal uso de los recursos de asistencia de EE. UU.". La embajada condenó "posible vigilancia ilegal" y expresó su apoyo a la investigación del Gobierno colombiano, afirmó el diario en referencia a las denuncias de esta revista.
‘El País‘ de España, el diario más influyente en Iberoamérica, también se ha referido ampliamente al tema en varias oportunidades e incluso hizo un duro editorial en el que afirmaba que “la trama de espionaje descubierta en el Ejército colombiano es incompatible con una institución al servicio de una democracia. (...) Estos operativos, destapados por la revista SEMANA, fueron llevados a cabo entre febrero y diciembre del año pasado, cuando el comandante del Ejército era Nicacio Martínez Espinel. (...) Lo sucedido no puede quedarse en el terreno de las sanciones administrativas ejemplarizantes o de la actuación de la justicia, sino que debe ser una oportunidad para revisar a fondo los esquemas de trabajo del Ejército”, dice en algunos de los apartes del medio español.