Nación
Tragedia en Fundación: iglesia pentecostal y autoridades municipales condenadas por incendio que dejó 33 niños muertos
Después de 10 años del hecho, el Consejo de Estado declaró civil, administrativa y patrimonialmente responsable a la Iglesia y a las autoridades de Fundación.
En un fallo histórico, el Consejo de Estado condenó el pasado 6 de diciembre a la Iglesia Pentecostal Unida de Colombia, al municipio de Fundación y al Instituto de Tránsito y Transporte de Fundación como responsables civiles, administrativos y patrimoniales por el incendio de un bus que dejó 33 niños muertos.
Hace 10 años una buseta se incendió en el municipio de Fundación, Magdalena, cuando regresaba con 60 niños y un adulto abordo, después de asistir el domingo a la Iglesia Pentecostal Unida de Colombia.
Por esos hechos, el fallo del Consejo de Estado condenó “a la Iglesia Pentecostal Unida de Colombia, al municipio de Fundación y al Instituto de Tránsito y Transporte de Fundación a pagar a favor de los integrantes del grupo la siguiente indemnización colectiva, conformada por las indemnizaciones individuales de quienes hicieron parte del proceso como integrantes del grupo y las indemnizaciones correspondientes a las solicitudes que llegaren a presentar oportunamente los interesados que no hubieren intervenido en el proceso”.
La Iglesia Pentecostal tendrá que pagar el 80 % de la condena total, el municipio de Fundación asumirá el 10 % y el Instituto de Tránsito del municipio responderá por el 10 % total de la indemnización. Las reparaciones estarán relacionadas con perjuicio moral por muerte, lesiones y daño a la salud.
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El fallo del alto tribunal detalla que “indefectiblemente las omisiones de la Iglesia Pentecostal Unida de Colombia, junto con el actuar del conductor del vehículo que transportaba a las víctimas el 18 de mayo de 2014, en el municipio de Fundación, constituyen la causa directa e inmediata de los daños”.
La sentencia argumenta que la tragedia en Fundación fue causada por una serie de omisiones por parte de la iglesia y el actuar del conductor, quien decidió manipular gasolina inyectándola directamente al carburador del automotor.
“Si se hubieran tomado precauciones para evitar las situaciones de riesgo inminente, probablemente el accidente no hubiera ocurrido, pues los menores no hubieran abordado ese medio de transporte. Entonces, esos actos imprudentes y negligentes desencadenaron el evento dañoso”, detalla la sentencia.
La condena también explica que se ignoró el principio de protección primordial de los menores y no impuso ninguna medida para salvaguardar a los niños que quedaron expuestos en esa tragedia.
Otro aparte importante de la sentencia detalla que ““el vehículo tuvo Soat y revisión tecno-mecánica hasta el 4 de mayo y 12 de abril de 2012, respectivamente, además que el 27 de agosto de 2012”. Es decir, el bus estuvo prestando servicio 2 años sin papeles. Nadie verificó que ese mínimo requisito se cumpliera.
