Judicial
Transcurrido tres meses, la impunidad se apoderó en la investigación por el crimen del profesor Gamaniel en Cajicá
Los familiares del docente, cuyo cuerpo apareció sepultado bajo una placa de concreto en su propia casa, aseguran que la investigación ha sido irregular.
Han pasado tres meses del hallazgo del cuerpo sin vida del profesor Gamaniel Enrique Álvarez García y hasta la fecha no se tiene certeza quién lo asesinó y cuáles fueron sus motivos. El cuerpo del docente, reconocido y querido por toda la comunidad en el municipio de Cajicá (Cundinamarca) apareció sepultado bajo una placa de cemento en la cocina de su casa, ubicada en el barrio Puente Vargas.
Pese a que en su momento las autoridades aseguraron que tenían ubicado a un sospechoso, un hombre de nacionalidad extranjera a quien Gamaniel le había arrendado un cuerpo, hasta el día de hoy no se ha registrado ninguna captura ni se ha vinculado a nade formalmente en la investigación.
Debido a esta situación de incertidumbre, y en cierto rasgo, de impunidad, los familiares del docente de 43 años de edad aseguraron que durante la investigación se han presentado graves y constantes irregularidades por parte de las autoridades, que no han demostrado resultados.
“La Fiscalía no ha generado los resultados esperados por la familia de la víctima y por la ciudadanía, que den con la captura de los responsables de este brutal asesinato que conmocionó a la comunidad en Cajicá y a la opinión nacional e internacional”, precisa uno de los apartes del comunicado enviado por la familia.
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La desaparición de Gamaniel
Alertados por la falta de comunicación y la constante evasiva en las llamadas, los familiares del profesor de matemáticas le pidieron a las autoridades que adelantaran las labores para ubicarlo. Tras la denuncia de la desaparición, los vecinos del barrio Puente Vargas alertaron por el fuerte olor que provenía de la vivienda de una sola planta.
Al lugar de los hechos llegaron agentes del CTI de la Fiscalía General y de la Policía del municipio que, tras hacer una inspección, verificaron una estructura extraña en el mesón de la cocina. Con maquinaria especializada lograron romper la masa de cemento, la cual –evidentemente- había sido construida de afán.
Los agentes encontraron un cuerpo en estado de descomposición. Tras realizar el cotejo de huellas dactilares y comparar el relato físico hecho por sus familiares y amigos se pudo llegar a establecer que el cuerpo correspondía al docente reportado como desaparecido. El dictamen de Medicina Legal estableció que el profesor había sido golpeado en repetidas oportunidades y agredido con un cuchillo en su tórax.
En la investigación preliminar se concluyó que el asesino actuó de afán ya que no intentó siquiera quitarle la ropa y borrar las huellas dactilares. Igualmente, fue clave la carta dental que, por ley, deben tener todas las autoridades.
Tras la inspección judicial, se encontraron varios bultos de cemento en el patio de la casa, así como otros elementos de construcción que fueron utilizados para el improvisado muro. Igualmente, se hizo una verificación de huellas dactilares en toda la casa para establecer plenamente a la persona o personas que participaron en esta acción.
Pese a estas pruebas, denuncian los familiares, las autoridades no han logrado mayores avances, puesto que no se ha logrado establecer quién compró estos elementos de construcción, cuáles fueron los móviles del crimen, quiénes tuvieron conocimiento de este plan criminal.
Pruebas evidentes
Los familiares de Gama, como le decían de cariño en el municipio, revelaron que tras reportar la desaparición el celular del docente fue utilizado para realizar transacciones bancarias y enviar mensajes a varias personas.
Con esta información, aseguran, se pudo hacer un mapa de la ruta de la persona que tenía el teléfono celular y los movimientos que hizo. Pero, según denuncian, nada de esto se ha hecho y cada día que pasa la resolución de este crimen se evapora.