SEMANA SANTA
Un cilindro de gas utilizado hace 10 años por las Farc es ahora el símbolo de la Eucaristía en una parroquia
El dolor de la muerte que produjo el artefacto contra un grupo de soldados en Nariño, hoy se transformó en un objeto de paz, perdón y reconciliación.
Lo que para muchos fue terror, dolor, incertidumbre y muerte, para otros hoy es símbolo de esperanza, reconciliación, paz y vida.
Este Jueves Santo la parroquia militar de Pasto, Nariño, expuso un un cilindro de gas que utilizó hace 10 años las Farc para asesinar fríamente a un grupo de soldados en ese departamento, pero que se convirtió en una custodia para el Santísimo, que le hace un homenaje a las víctimas de ese hecho atroz.
Ese día, el 22 de octubre de 2011, solo hubo dolor, llanto de los familiares de las víctimas e incluso odio. Los uniformados del Batallón de Selva No. 53 del Ejército fueron atacados por una cuadrilla de las Farc con fuego nutrido, tatucos, algunas armas artesanales y bombonas de gas repletas de metralla, algunas de las cuales quedaron enterradas en la tierra.
Hoy, a pesar de que es un recuerdo del dolor, esos objetos sirven también como un símbolo de perdón y reconciliación a través de la fe.
En este Jueves Santo, cuando se conmemora la Eucaristía –cuando los feligreses celebran la última cena de Jesús– la capilla de la brigada 23 del Ejército Nacional realizó nuevamente la exposición de este objeto y varios soldados conmemoraron la Última Cena en una sentida ceremonia para recordar al teniente, el cabo y los ocho soldados que perecieron en ese atentado.
“Hoy la iglesia dirige su mirada a Jesús en la Eucaristía y en la parroquia militar hemos querido adorar a Jesús desde un cilindro que fue tirado a una base militar donde murieron 10 militares, ese fue uno de los artefactos que en su momento las Farc tiró a la base y produjo la muerte de los uniformados. Este objeto, que sirvió en un momento para matar y para sembrar el terror, hoy en nuestra capilla lo utilizamos para colocar a Jesús en la eucaristía y todos adoramos su presencia”, dijo Luis Fernando Franco, capellán de la Brigada 23.
Durante la misa, el capellán dijo a los soldados: “Este cilindro que ustedes ven totalmente retorcido fue puesto por las Farc y hace cuatro años estuve de visita en esa base y mirando en medio de un cafetal encontré el cilindro que sirvió para la muerte, pero que hoy alberga en su interior no la muerte, sino la vida de Cristo”.
Para Franco, el dolor se puede transformar en perdón y, sobre todo, paz y vida. Por eso es tan significativo que un objeto que significó miedo, ahora sirva para sanar y cerrar las heridas que dejaron los más de 50 años de guerra y violencia ocasionados principalmente por las Farc.
La población de ese departamento recuerda, y de todo el país, recuerda esas oscuras épocas de violencia y tal vez no quiera olvidarlas. En un país de tradición católica, como Colombia, la fe se convierte en un refugio para sanar el dolor de la guerra. Así, cada Semana Santa, adquiere sentido un objeto que que pasó de significar muerte y guerra, a la vida y la paz.