NACIÓN

Una mujer embarazada fue secuestrada por las Farc de Calarcá. Se cree que ya tuvo a su niño, pero no hay noticias de ninguno

“No he recibido prueba de vida ni noticias, sé que está viva porque uno consigue informaciones de personas que conocen el territorio”, dice su esposo, que clama por su pronta liberación.

13 de mayo de 2025, 8:24 p. m.
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Sandra Milena Martínez, secuestrada el 26 de noviembre del 2024. | Foto: API

El esposo de Sandra Milena Martínez, secuestrada el 26 de noviembre del 2024, cuando estaba embarazada, sigue sin tener noticias suyas. No ha recibido ninguna prueba de vida, ni exigencia alguna después de tanto tiempo, y solo por informaciones de campesinos en la zona han sabido que ya dio a luz a un niño. Al parecer, el parto tuvo lugar en una finca de alias Calarcá, jefe de una facción de las disidencias de las Farc-EP, hace unos quince o veinte días, y que tanto la mamá como el bebé se encuentran en buen estado de salud, pero son datos que no están confirmados.

“Ella no está bien, lejos de su familia, en una situación difícil. Que me llamen si esa gente tiene un inconveniente conmigo, que hablen, que me digan qué quieren, qué piden”, suplica Camilo. “Se llevaron a una mujer embarazada, teniéndola allá ¿para qué?”. También le sorprende el silencio que siente de parte del Estado. “La he buscado por bastantes entidades y nadie sale a dar una declaración contundente”, afirma.

A pesar de la falta de noticias, continúa esperando un gesto humanitario de un grupo armado que sigue, al menos en teoría, hablando con el Gobierno y si bien se levantó el cese al fuego, el presidente Gustavo Petro prohibió a las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional confrontarlo.

SEMANA preguntó a la cabeza de la delegación gubernamental que negocia con dicha disidencia, Camilo González, sobre la secuestrada y si habían intercedido para lograr su liberación. Pero no obtuvo respuesta. Tampoco aclaró nada un comandante de las Farc que, si bien en un primer momento contestó que desconocía lo sucedido y averiguaría, después no volvió a responder.

En cuanto a Calarcá y otros guerrilleros en el terreno, aseguran que no está en su poder, negativa que desmienten las informaciones recabadas por lugareños y por Camilo.

Fuentes locales señalan que Sandra Milena estuvo en un primer momento con el Frente Rodrigo Cadete y su comandante, Julián Perdomo, y que los probables secuestradores responden a los alias de Pantera y Albeiro Ramírez. También, que a finales de enero la trasladaron a otro sector de Caquetá en donde estaría el líder del grupo, alias Calarcá.

De 31 años, nacida en Putumayo, Sandra Milena residía en Paujil, Caquetá, con su pareja. “No he recibido prueba de vida ni noticias, sé que está viva porque uno consigue informaciones de personas que conocen el territorio”, insiste Camilo, que prefiere no dar su apellido. “Y no me han hecho ninguna exigencia ni de plata ni de nada”. No entiende la razón para no liberarla.

“¿Por qué no hace nada el Gobierno? Que me den una aclaración, que me digan por qué no actúan. El secuestro está denunciado en Florencia y nadie se ha arrimado a decirme nada”, cuestiona el esposo. Indica que en un primer momento el personero municipal y la Defensoría del Pueblo se pronunciaron sobre el secuestro, cuestionaron a la guerrilla, que negó que tuvieran nada que ver, pero, se queja Camilo, “ya no se han vuelto a acordar del asunto”. La ONU, sin embargo, emitió una nota.

También recuerda que poco antes del secuestro “estábamos en esos días con la idea de qué nombre le íbamos a poner”. Cuenta que Sandra Milena “trabaja en Solidaridad, como promotora de campo. Habla con las comunidades, llevan proyectos a las veredas, coordinan programas de ayudas de gallinas y cosas así. Es una mujer alegre, tranquila, que se dedica a ayudar a la comunidad”.

Ha escuchado que hay otros secuestrados, no solo su esposa. Por la libertad de algunos estarían exigiendo sumas de dinero, plata, pero de otros no se tienen noticias.

Las Farc-EP no han cesado de extorsionar en Paujil y demás poblaciones caqueteñas que dominan. Los pobladores se quejan de que no ha parado la violencia y las autoridades no intervienen. “Ellos hablan de paz y viven rico sin que los molesten”, comenta Camilo.

Sandra Milena no es la única secuestrada en Caquetá. Camilo asegura que conoce de otros casos. Pero no todo el mundo se atreve a denunciar.