Barranquilla
Los tentáculos del Clan del Golfo en la Fiscalía del Atlántico: SEMANA revela los indicios de esa estructura en el CTI
Un funcionario fue capturado en una redada de la Policía en Barranquilla.
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El Clan del Golfo es el grupo más poderoso que genera terror en las diferentes regiones de Colombia. Barranquilla y el Atlántico no han sido la excepción, donde los ilegales han venido desde hace varios años ganando terreno. Una reciente operación de la Policía Metropolitana dejó al descubierto que tienen hasta integrantes, presuntamente, dentro de la Fiscalía General de la Nación para actividades relacionadas con el narcotráfico.
Además, estuvo en el esquema de seguridad de la fiscal que lleva el polémico caso a Nicolás Petro, exdiputado del Atlántico e hijo del presidente de la República, Gustavo Petro.
De acuerdo con información a la que tuvo acceso SEMANA, esta persona integraba el grupo de protección a testigos en Barranquilla, pero estaría actuando como supuesto agente corruptor en la subestructura Carlos Daniel Fulaye Vargas, brazo del Clan del Golfo que delinquen en Atlántico y Bolívar.

En el más reciente operativo fueron capturados al menos doce integrantes de esta organización, dedicada al homicidio, narcotráfico y otras actividades al margen de la ley en la región Caribe.
“Alias el del CTI tendría una trayectoria delincuencial de cinco años dentro del grupo armado organizado, fungiendo como enlace interno dentro del CTI y poniendo en riesgo procesos de alto perfil”, dijo una persona cercana a la investigación adelantada por la Policía Metropolitana.
Las indagaciones conocidas por este medio precisan que el sujeto conocido como el del CTI mantenía comunicación permanente con el cabecilla principal del Clan en el Atlántico, quien también fue capturado en esta operación.
“Su papel sería clave en dos frentes: facilitaría información sensible sobre operativos y coordinar envíos de droga hacia Centroamérica junto con alias El Gato. Además, mantenía contacto directo con alias César o Cartagena, segundo cabecilla de la subestructura, quien ordena homicidios selectivos y controla rutas de narcotráfico en el área metropolitana de Barranquilla”, detallaron las autoridades judiciales.
Fuentes de agentes de inteligencia del Estado le dijeron a SEMANA que no descartan que haya más funcionarios de esta entidad y de otras filtrándole información al Clan del Golfo en el Atlántico.
“Tenemos informaciones que estamos verificando porque es grave que personas que, se supone, son las que atacan a estos grupos y los tienen hasta en nómina. Muchas de las investigaciones son demoradas, pero es porque antes de dar lo que uno llama positivos, los objetivos se mueven y se nos pierden de la nada”, explicó.
Esa captura, según la Policía de Barranquilla, abre la puerta a presuntos hechos de corrupción dentro del ente investigador, lo que pone en riesgo la seguridad y la confidencialidad de información clasificada de las autoridades.
“Lo que preocupa también es que el Clan del Golfo no solo está buscando ganar terreno en el Atlántico, sino que también tendría a varios funcionarios que les estarían limpiando el camino con el fin de evitar sus detenciones. Incluso, el tema de las fuentes humanas que nos ayudan con informaciones e incluso las mismas víctimas quedan expuestas porque son datos sensibles, que se supone que el Estado les debe garantizar su reserva, pero nada de eso se estaría cumpliendo con las filtraciones que tendría el Clan del Golfo en la Fiscalía”, explicó.
Lo que les preocupa a las autoridades es que la subestructura Fulaye Vargas tiene control en municipios como Soledad, Malambo, Galapa, Puerto Colombia y Barranquilla en temas que tienen que ver con venta de drogas, extorsiones y homicidios selectivos.
“Ellos quieren ganar terreno en estas zonas aprovechando la supuesta paz de Los Costeños y Los Pepes con el Gobierno nacional, entonces, se la están jugando todo por el todo con el fin de poder ser más fuertes, pero con ello están permeando a las instituciones del Estado”, agregó.

Lo único cierto es que, mientras la Fiscalía y otras instituciones del Estado estén infiltradas por los ilegales, es muy difícil que frenen su accionar por medio de las operaciones judiciales.