Barranquilla
Mujer fue invitada a una finca en Atlántico: la encontraron muerta y bajo tierra. Esta es la aterradora historia
La víctima estuvo desaparecida más de un año. Tras el poco avance de la Fiscalía, el papá de la mujer decidió empezar a mover el caso hasta encontrarla.


Desde el 18 de septiembre de 2023, Wilmary Carolina Guerra Montilla, de 32 años, oriunda de Malambo, Atlántico, estaba desaparecida. Nadie sabía de su paradero y la Fiscalía General de la Nación tampoco avanzaba en su búsqueda, así lo denunció su padre Wilmer Guerra en varios medios de comunicación locales.
Sin titubeos señaló a Franklin Trillos, expareja sentimental de su hija, como el presunto responsable de este caso de feminicidio que ha sacudido el Atlántico y al Caribe colombiano.
Wilmer Guerra contó que desde que se enteró de la desaparición de su hija no se detuvo y hasta se convirtió en investigador para poder esclarecer dónde estaba su ser querido. Sostuvo una y otra vez que las autoridades en el Atlántico lo dejaron solo.
“Las primeras informaciones que yo tuve fue de que ella fue invitada a una finca… Inicialmente, se decía que era en Repelón, pero después se supo que quedaba entre Manatí y Sabanalarga”, relató al periodista Amylkar Alvear, de Emisora Atlántico.

En medio de su relato, el hombre aseguró que Trillos le había dicho a su hija que lo acompañara a una finca en una zona del Atlántico. En primera instancia, la mujer víctima de feminicidio se resistía, pero un día aceptó y fue donde ocurrió la tragedia. “Quién sabe con qué cosa le llegó y logró convencerla. Y se la llevó para la finca”, añadió Guerra.
El padre aseguró que aunque trataba de buscar a su hija con todas sus fuerzas, encontró su principal rival: la institucionalidad en el departamento.
“Las autoridades fueron muy negligentes al inicio de las investigaciones. Fui a la Policía de Barranquilla, a Malambo, al CTI, al Gaula, a la Sijín… Y todos me decían que no podían hacer nada sin orden de la Fiscalía”, precisó.

El hombre, resignado al desenlace fatal de su hija, contó que aunque tuvo pruebas, los investigadores judiciales lo ignoraron por completo y la búsqueda fue cada día más lenta.
“Tenía grabaciones, audios en los que Franklin Trillos la amenazaba, y ni así movieron un dedo”, sostuvo. Al mismo tiempo, señaló que al ver la tranquilidad de las autoridades, tuvo que recurrir a los medios de comunicación y plataformas digitales para llamar la atención de la Fiscalía.
“Desde un principio yo señalé a Franklin. Fui a varios medios y di su nombre. Hasta sus familiares le dijeron que fuera a desmentirme en la emisora, pero nunca fue. Y yo siempre digo: quien no la debe, no la teme”, aseguró.
De igual manera, señaló que gracias a la intervención del fiscal Diego Araújo y el investigador Alfredo Urina, el caso comenzó a moverse.
“Pasaron cinco, seis, ocho, diez meses… y todo seguía en cero. La llegada de esos funcionarios fue como ese fue ángel que me cayó del cielo”, relató.
Los funcionarios, según el testimonio de Guerra, tomaron el caso con seriedad y el rigor que este ameritaba. “El fiscal Araújo vio la carpeta y dijo: aquí no hay nada. Vamos a empezar de cero”, dijo el hombre.
Aseguró que en tan solo cuatro meses lograron lo que en once no se había hecho. A través de un complejo análisis de datos, procesaron más de 90.000 registros para rastrear los movimientos telefónicos y las conexiones que podían explicar la desaparición.
“Fue un trabajo extraordinario. Científico, detallado y minucioso. Buscar entre 90.000 datos uno o dos números clave fue una labor titánica. Cuatro fiscales antes de Araújo no hicieron nada. Hay que decir las cosas como son: negligentes”, reiteró.
Una de las piezas claves fue que el celular de Wilmary no mostró actividad fuera de Malambo, ni siquiera cuando grabó un video el 19 de septiembre, un día después de su desaparición.
A esta hora, el caso sigue en manos del fiscal Araújo. La familia de Wilmary espera que pronto haya capturas y respuestas.
El cuerpo sin vida fue encontrado en una finca del municipio de Manatí, Atlántico. El CTI de la Fiscalía lo desenterró y, tras estudios de rigor, pudieron establecer que se trataba de la mujer de 32 años que había desaparecido del municipio de Malambo.