Costa Caribe
Murió niño de 10 años que fue atacado a disparos por la expareja sentimental de su mamá en Malambo, Atlántico
El menor tenía heridas en la cabeza y el rostro.
Un hecho de violencia intrafamiliar conmocionó a la comunidad de Malambo este fin de semana, cuando un niño de apenas 10 años resultó herido luego de recibir dos impactos de bala disparados por la expareja de su madre. Todo se presentó en medio de una riña al interior de una casa. Horas después, el menor falleció.
Según informes de la Policía, la confrontación entre el hombre y la abuela del niño escaló a tal punto que el agresor, en medio de la disputa, disparó su arma de fuego. Los impactos alcanzaron a la víctima en la cabeza y el cuello, dejándolo gravemente herido. El menor fue trasladado de inmediato a un centro de salud donde finalmente murió.
Las autoridades identificaron al agresor, quien fue detenido en el lugar de los hechos. Se trata de un hombre con antecedentes de violencia familiar, quien aparentemente había acudido al hogar para resolver una disputa con la madre de la víctima, pero terminó involucrando a la abuela y a otros miembros de la familia en la riña.
Este suceso en Malambo se suma a una preocupante ola de violencia intrafamiliar que ha afectado a diversas regiones del país en el último mes. Recientemente, en Jamundí, Valle del Cauca, otro hecho de violencia extrema sacudió a la comunidad, cuando un padre arrojó a su hija desde un tercer piso en medio de una disputa familiar. Ambos casos ponen de manifiesto la creciente crisis de violencia doméstica que afecta a muchas familias colombianas.
Tendencias
Expertos en derechos humanos y prevención de la violencia han expresado su alarma por el aumento de estos incidentes, subrayando la urgencia de implementar medidas más efectivas para proteger a las víctimas y prevenir nuevos casos de violencia intrafamiliar. Las autoridades locales instan a la comunidad a denunciar cualquier situación de abuso y a buscar apoyo en las instituciones encargadas de la protección de los derechos humanos.
El caso de Malambo, así como el reciente suceso en Jamundí, son una dolorosa evidencia de la necesidad de una acción más contundente en la lucha contra la violencia en el hogar, que afecta no solo a los adultos involucrados, sino también a niños y otros miembros vulnerables de las familias.