Barranquilla
Primer trasplante de corazón en el Caribe colombiano salva la vida de una mujer wayuu
El procedimiento quirúrgico fue realizado en Barranquilla, Atlántico.


Barranquilla hizo historia en la medicina colombiana. La Clínica de la Costa realizó con éxito el primer trasplante de corazón en el Caribe, procedimiento que salvó la vida de una mujer indígena wayuu, de 42 años, consolidándose un símbolo de esperanza para poblaciones tradicionalmente excluidas de servicios de alta complejidad.
La paciente, madre de dos adolescentes y oriunda de La Guajira, padecía insuficiencia cardíaca desde hace más de seis años. Fue remitida al centro asistencial como último recurso del equipo médico, tras múltiples hospitalizaciones y el fracaso de tratamientos con varios medicamentos. Hoy, gracias a este histórico trasplante, avanza en su proceso de recuperación con un pronóstico favorable.
El médico Gustavo Aroca, director científico del centro asistencial, precisó que este tipo de cirugías eran realizadas en otras zonas del país porque Barranquilla no tenía la capacidad.
“Este logro trasciende el ámbito puramente médico para convertirse en un símbolo de equidad en el acceso a la salud especializada. Anteriormente, los pacientes del Caribe colombiano que requerían un trasplante cardíaco debían trasladarse a ciudades como Bogotá, Medellín o Cali, enfrentando barreras económicas, logísticas y culturales”, explicó.
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La ruta hacia el trasplante no fue sencilla. La mujer fue sometida a una rigurosa evaluación para ingresar a la lista de espera y permaneció más de seis meses aguardando por un donante compatible. Aunque varias alertas de donación se activaron, la negativa de distintas familias demoró el procedimiento.
La madrugada del 5 de abril, finalmente, se activó el protocolo de trasplante. En una operación contrarreloj, el equipo médico logró extraer, trasladar y trasplantar el corazón en menos de cuatro horas, cumpliendo el límite crítico de tiempo para la intervención.
Por su parte, el médico Alberto Serrano, cirujano cardiovascular, precisó que fue un trabajo articulado el que realizaron con varios especialistas para que esta cirugía fuera un éxito.
“Esto es formado por un grupo multidisciplinario donde hay un cardiólogo especialista en falla cardíaca, hay un grupo trabajando en torno a esto, enfermeras, el personal de UCI, todos hicimos una preparación previa en diferentes sitios del extranjero y nos entrenamos de manera adecuada para poder realizar el trasplante”, detalló.
Entre tanto, Alberto Cadena Bonfanti, líder del programa de Trasplante Cardíaco, explicó que este procedimiento fue el resultado de un proyecto de más de una década de preparación.
“Este logro reafirma nuestro compromiso con la salud cardiovascular de la región y responde a una deuda histórica que teníamos con Barranquilla y el Caribe colombiano”, sostuvo Cadena.
Desde su trasplante, la mujer indígena ha evolucionado satisfactoriamente sin complicaciones, y continúa su proceso de rehabilitación bajo estricta supervisión médica en la ciudad de Barranquilla.
Además de marcar un antes y un después en la atención médica de la región, el caso también refuerza la importancia de la donación de órganos.
“El mayor acto de bondad entre los seres humanos, que puede salvar vidas y construir esperanza en cientos de familias en Colombia”, resaltó el doctor Hernán Calvo, cardiólogo de falla cardíaca y trasplante.
La Clínica de la Costa agradeció especialmente a la familia donante, cuyo gesto de generosidad hizo posible este procedimiento vital, y recordó que cerca de 4.200 personas esperan un órgano en Colombia, de las cuales 18 requieren un corazón, según datos recientes del Instituto Nacional de Salud.
“Continuaremos trabajando para desarrollar programas médicos de alta complejidad que respondan a las necesidades de toda nuestra población, independientemente de su origen étnico o condición socioeconómica”, afirmó finalmente el doctor Andrés Cadena, director médico de la institución.
Este primer trasplante de corazón, que salvó la vida de una mujer wayuu, abre una nueva etapa en el acceso a servicios de alta complejidad en el Caribe colombiano, brindando una segunda oportunidad a quienes más lo necesitan.