Sicarios que mataron a La Diabla son hermanos: estas son las primeras imágenes y pistas que llevaron a su captura

Luego del crimen de Zaida Andrea Sánchez Polanco, alias La Diabla, ocurrido el pasado 22 de enero en Medellín, Antioquia, los investigadores de la Seccional de Investigación Judicial de la Policía Metropolitana de esa ciudad desplegaron todas sus capacidades de inteligencia para poder identificar a los sicarios.

Los agentes de inteligencia arrancaron con el análisis de las cámaras de seguridad del hotel en el que la mujer se estaba hospedando en el barrio Laureles, en la capital de Antioquia. Las filmaciones fueron fundamentales para poder individualizar a los sicarios y realizar los seguimientos de cámaras de seguridad.

“Los investigadores de la Policía de Medellín hicieron las labores correspondientes y al tener la plena identificación junto con la ubicación, se comunicaron con la Policía de Barranquilla y realizaron las labores pertinentes que dieron con el lugar exacto donde estaban los sicarios”, dijo una fuente ligada al caso.

Al mismo tiempo, indicó que en medio de los seguimientos pudieron determinar que la motocicleta que usaron fue adquirida en el centro de Medellín y luego fue abandonada en esa misma ciudad.

“Lo que se cree es que ellos llegaron por tierra hasta Barranquilla y hacían paradas en varias poblaciones del Caribe colombiano. En ese hotel, los hermanos sicarios llegaron acompañados de otros venezolanos, pero no es claro si todos participaron en este asesinato en las afueras del hotel”, explicó la fuente.

SEMANA pudo establecer que los sicarios capturados por la Policía Nacional residían en el barrio San Antonio de Prado, en Medellín, desde hace varias semanas. Además, los investigadores judiciales tienen aún más claro el panorama para poder dar con la captura de los responsables de asesinar a la familia pastoral en Aguachica, Cesar, el 29 de diciembre de 2024.

Este medio también supo que los sicarios ya están individualizados y que se encuentran en varias regiones del país hasta donde llegaran los investigadores para poder realizar estas capturas mediante órdenes judiciales.

A los hermanos, quienes serían presuntos sicarios, la Fiscalía General de la Nación les imputó los delitos de homicidio ante un juez con funciones de control de garantías de Medellín, pero estos no los aceptaron. El togado consideró que los detenidos representan un peligro para la sociedad, por lo que los envió a un establecimiento carcelario.