Bogotá
Bogotá tiene 297 zonas en riesgo de deslizamiento por fuertes lluvias: estas son las recomendaciones del IDIGER para la temporada
Desde el Concejo de Bogotá han elevado alertas por el peligro de desastre en estas zonas. La entidad explica las medidas y hace Un llamado a la comunidad para seguir recomendaciones.


La temporada de lluvias entró con fuerza en Bogotá y prueba de ello han sido las más recientes inundaciones en varias de las vías principales de la ciudad. Uno de los sectores más críticos fue la intersección de la avenida Carrera 30 con avenida Calle Sexta, donde el agua alcanzó niveles preocupantes.
En videos compartidos en redes sociales se observa cómo la corriente cubrió la parte delantera de varios automóviles, dejando a algunos varados en medio de la vía.

Pero la situación no es nueva en Bogotá. La temporada de lluvias, por lo general, desata una ola de complicaciones en la ciudad que van desde las inundaciones hasta los casos más críticos, como deslizamientos y crecimiento de cuerpos de agua que terminan por inundar vías completas.
En ese sentido, el IDIGER emitió una serie de recomendaciones para mitigar la ocurrencia de eventos riesgosos relacionados con la temporada de lluvias. Sin embargo, también hizo un llamado a la comunidad para mejorar las prácticas en torno a la relación con la generación de residuos y la correcta disposición de las basuras que, a final de cuentas, es lo que termina tapando los canales de desagüe de la ciudad.
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“Esto es un trabajo que debemos hacer entre todos. Nosotros hacemos nuestra parte como IDIGER, el Acueducto hace lo propio con la limpieza de canales y demás, pero la comunidad también tiene que ayudar con la gestión de los residuos y siguiendo las recomendaciones que se hacen. Por ejemplo, en el caso de las personas que viven en zonas que están catalogadas de riesgo y que hemos alertado desde hace mucho tiempo, hay que buscar la manera de evacuar”, señaló Guillermo Escobar, director del IDIGER.

Y es que, justamente, en los últimos días las fuertes lluvias han levantado preocupación entre algunos concejales de la ciudad, como Rubén Torrado, quien elevó una alerta sobre el riesgo que estarían corriendo los habitantes del sector de Canteras, en Ciudad Bolívar, por estar ubicados en un lugar con riesgo inminente de deslizamiento.
En la alerta emitida por Torrado se lee que “los vecinos del sector enfrentan un grave riesgo de deslizamientos de tierra, que ponen en peligro las vidas de más de 183 familias. Este llamado es para las autoridades distritales, en especial la Alcaldía Mayor de Bogotá, el IDIGER y la Secretaría de Ambiente, para que tomen medidas urgentes y eviten lo que podría convertirse en una tragedia”.
No solo frente a esta denuncia, sino a todas las referentes a las zonas que tienen riesgo de deslizamiento, desde el IDIGER señalan que han hecho varias recomendaciones de reubicación tanto a los residentes como a las entidades encargadas de la asistencia de las comunidades. Bajo ese panorama,
Bogotá tiene 297 puntos con riesgo de deslizamiento y, entre ellos, puntos tan críticos como Jerusalén, Canteras, Tierreros y Caracolí; en Ciudad Bolívar. También, la Roca, en Usme y San Martín de Loba, en San Cristóbal.

Ahora bien, desde la entidad también explicaron que poder subsanar todos los problemas de las zonas que están identificadas en potencial riesgo de deslizamiento podría costarle a la ciudad más de 4 billones de pesos y que por esa razón es que cada vez se hacen planes de acción y manejo de contingencias más robustos para responder de manera efectiva ante la necesidad de las comunidades y para prevenir a toda costa tragedias provocadas por condiciones naturales.
“Bogotá tiene ayudas humanitarias, tiene planes, tiene protocolos y tiene todo un sistema de atención a emergencias y desastres; podemos atenderlo de manera efectiva y rápida, pero la idea es mitigar lo más que se pueda y para eso necesitamos ayuda de la comunidad. Tenemos construcciones muy cerca de quebradas donde se debe evacuar. A todos los puntos en riesgo les hacemos una visita técnica cada 20 días”, explicó Escobar.
Entre las recomendaciones emitidas en la circular del IDIGER se destacan las siguientes:
- Estar atento a la información proveniente de los canales oficiales de las entidades distritales como las Juntas de Acción Comunal y Entidades Operativas (Cruz Roja, Bomberos, Defensa Civil, Fuerzas Militares y Policía), sobre condiciones de riesgo que se puedan presentar durante esta temporada.
- Organizar y monitorear los riachuelos o canales cercanos a la comunidad, verificando el cambio de nivel y notificándose bien sea por niveles muy bajos o por niveles muy altos; si vive en zona de ladera, verifique cualquier cambio en el terreno y dé aviso.
- Verificar las capacidades locales en materia de elementos (herramientas) y recurso humano de su comunidad, que pueda servir de apoyo en algún momento para el control de incendios de cobertura vegetal u otra acción asociada.
- Evitar actividades en las que se incluya de una u otra forma el manejo del fuego. Las condiciones secas esperadas asociadas a la estacionalidad, sumadas a una condición de viento fuerte, pueden propagar rápidamente un conato de incendio.
- Motivar a sus vecinos a desarrollar planes comunitarios de emergencia, donde se coordinen roles y responsabilidades con el fin de informar a la comunidad.
- Alistar con su familia el maletín o mochila de emergencias en el cual disponga de: copia de los documentos de identidad del grupo familiar y bienes, un cambio de ropa para cada integrante, conservas de alimentos como enlatados y agua, linterna, silbato, radio con pilas, botiquín, impermeables, una manta. Manténgalo en un lugar de fácil acceso para todos los integrantes de la familia.
- Asegurar la estructura de la vivienda, tales como tejas y láminas de zinc y, en general, los objetos que podrían ser arrastrados por la fuerza de vientos intensos asociados a vendavales.
- Revisar, ajustar, cambiar o limpiar los techos, canales y canaletas para evitar inundaciones y otras afectaciones en las viviendas.
- Realizar campañas de limpieza de los terrenos y espacios comunes, para mantener las vías de evacuación libres y disponibles en caso de evacuación.
- Evitar realizar quemas de basura y material vegetal, o arrojar elementos inflamables como fósforos, combustibles, colillas de cigarrillo, vidrio o plástico que puedan generar incendios de la cobertura vegetal.