Bogotá
Chía restringirá el paso de camiones de carga pesada desde el 15 de octubre, y le pide al Gobierno “desengavetar” proyectos de infraestructura
El alcalde del municipio aseguró que el Gobierno Petro no quiere respaldarlos y que tiene frenados los proyectos por temas ambientales. “En Chía nos cansamos”, dijo.

A partir del próximo 15 de octubre de 2025, el municipio de Chía aplicará una restricción total de circulación para vehículos de carga pesada entre las seis de la mañana y las ocho de la noche.
El anuncio fue hecho por el alcalde Leonardo Donoso durante el decimotercer Congreso Nacional de Autoridades Territoriales de Tránsito y Transporte, en Valledupar, y representa un giro radical frente a las medidas que ya se venían implementando en el municipio.
Según explicó el mandatario, el pico y placa ambiental para carga, en marcha desde mayo de 2024, logró sacar de circulación a la mitad de los camiones que ingresaban al municipio, pero esa estrategia se quedó corta para resolver los problemas de movilidad, de siniestralidad y de calidad del aire en una jurisdicción que recibe diariamente más de 100.000 vehículos, debido a su conexión con importantes corredores nacionales y departamentales.

La decisión no solo busca generar un alivio inmediato en el tráfico de la ciudad, sino también llamar la atención del Gobierno nacional para que se comprometa con las soluciones estructurales que Chía necesita desde hace años.
Donoso insistió en que la parálisis de proyectos viales como la troncal de los Andes, que permanece engavetada por problemas de licencias y trámites prediales, condena al municipio a adoptar medidas de choque cada vez más drásticas.

El mensaje del alcalde es claro: sin apoyo del Ejecutivo y sin inversiones reales en infraestructura, la carga de la Sabana seguirá encontrando en Chía un cuello de botella que afecta tanto a los habitantes como a la economía regional.
“Llevamos siete años en medio de una controversia ambiental que tiene que ser dirimida por la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla) y que hoy, desde la Secretaría de Transparencia de la Presidencia de la República, ha cuestionado el actuar de la Anla y la Ani, y en lugar de desenredar lo que ha venido generando una mayor problemática (…) eso nos lleva a tomar decisiones como alcalde”, señaló Donoso.

En ese mismo sentido, el mandatario de Chía aseguró que, antes que todo, él debe propender por “la seguridad vial, por la calidad de vida de los ciudadanos, por las emisiones, por el ruido y por la infraestructura. Pasamos a partir del 15 de octubre a una restricción total. Nos tocó porque el Gobierno nacional no nos quiere respaldar en la construcción de infraestructura, así nosotros hayamos entregado los terrenos para la construcción de la troncal de los Andes”.
Pese a los bloqueos que el alcalde asegura le han puesto desde el Gobierno nacional, lo cierto es que el municipio ha demostrado avances importantes en materia de seguridad vial gracias a las medidas de choque tomadas en los últimos años.
En 2024, según los datos del propio alcalde, se registró una reducción del 53 % en las muertes por siniestros viales frente al año anterior, y en el corredor entre Chía y Cota, uno de los más críticos de la región, no hubo víctimas fatales.

En lo que va de 2025 la tendencia positiva se mantiene, con un descenso cercano al 14 % en los accidentes respecto al mismo periodo del año pasado, y con un balance alentador: cero víctimas fatales en accidentes de tránsito.
La combinación de controles más estrictos, campañas de educación, señalización tecnológica y operativos de prevención ha posicionado al municipio como referente en reducción de siniestralidad.
Sin embargo, la decisión de restringir el tránsito de camiones de carga durante la mayor parte del día también abre interrogantes. Aunque se garantiza el abastecimiento nocturno para no afectar el comercio, agricultores y transportadores ya advierten posibles dificultades logísticas que podrían encarecer productos y generar congestión en municipios vecinos, como Cajicá o Cota.

Existe el riesgo de que Chía termine trasladando su problema a otras localidades, lo que obliga a pensar en un plan regional coordinado y no solo en medidas locales de choque.
Por otro lado, evidencia la falta de soluciones de fondo para una región que crece aceleradamente en población y en tránsito vehicular, pero que carece de la infraestructura adecuada para sostener esa dinámica. La medida de Donoso puede generar resultados rápidos, pero sin la construcción de la troncal de los Andes y otras obras pendientes, corre el riesgo de convertirse en un simple paliativo que deberá repetirse una y otra vez.

En el corto plazo, la ciudad se prepara para un cambio drástico en su dinámica diaria, con camiones obligados a circular de noche y con un día a día más despejado en sus vías internas. En el largo plazo, lo que está en juego es la capacidad del Estado de coordinar acciones entre niveles de gobierno y ofrecer a la región soluciones estructurales.