Bogotá
Informalidad laboral y desempleo de larga duración siguen preocupando en Bogotá: radiografía de la pobreza multidimensional
En la capital del país aumentó en el desempleo de larga duración llegando a 14,7 %, lo que podría estar asociado al hecho de que en la ciudad la contracción de sectores como el comercio, la manufactura y la construcción ha sido mayor que en otros lugares de Colombia.
Bogotá tiene el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) más bajo del país, con 3,6 %, -0,2 p.p. menos que en el 2022, esto quiere decir que 16 mil personas salieron de la pobreza multidimensional en la ciudad, mientras que 83 mil siguen en esa condición.
Estos buenos resultados, de acuerdo con Probogotá, se debe en gran medida al desempeño en indicadores de vivienda, educación y salud. Sin embargo, siguen siendo preocupantes indicadores como el de desempleo de larga duración y el de trabajo informal, ambos problemas estructurales del país.
De acuerdo con Probogotá, a pesar de la reducción en la cantidad de personas en situación de pobreza multidimensional, se incrementó su intensidad en 0,4 p.p., en total 39,1 % de la población en la ciudad tiene al menos alguna carencia en los indicadores que componen el IPM, (educación, niñez y juventud, salud, trabajo y vivienda).
El IPM evidencia una gran disparidad entre zonas urbanas y rurales, ya que mientras en las cabeceras municipales del país es de 8,3 %, en los centros poblados y rurales dispersos llega a 25,1 %. El IPM para el área urbana de Bogotá fue del 3,6 %, mientras que para el área rural fue del 11,7 % (una brecha de 8,1 p.p.). Esta persistente desigualdad entre las regiones rurales y urbanas sigue siendo un desafío por superar.
Tendencias
Probogotá, al analizar los diferentes componentes de la pobreza multidimensional en la capital del país, observó que la ciudad también tiene un buen desempeño en los indicadores relacionados con trabajo infantil y las barreras para acceder a los servicios de salud. No obstante, hay otros componentes en los que Bogotá debe mejorar, como el trabajo informal, el desempleo de larga duración, el bajo logro educativo y el rezago escolar.
En Bogotá aumentó en el desempleo de larga duración en 2,6 p.p., llegando a 14,7 %, lo que podría estar asociado al hecho de que en la ciudad la contracción de sectores como el comercio, la manufactura y la construcción ha sido mayor que en otros lugares de Colombia.
A nivel nacional, el indicador de desempleo tuvo un aumento menor con un incremento de 0,5 p.p. ubicándose es 13,8 %.
Por su parte, el mercado informal mostró una leve reducción de -0,9 p.p., sin embargo, sigue siendo el indicador más desfavorable de la ciudad, con una incidencia del 53,2 %. El nivel de informalidad de Bogotá se mantiene cercano al 30 %. De acuerdo con Probogotá, estas cifras reafirman que la informalidad es un problema estructural que impide que más personas acceden a empleos de calidad.
De otro lado, la ciudad se recuperó de los índices de inasistencia escolar de la época de la pandemia, cuando llegó a 6 % y en el 2023 se ubicó en 1,3 %. A pesar de esto, el indicador de rezago escolar, que refleja la calidad del aprendizaje, es de 19,9 % y el de bajo logro educativo llegó a 20,5 %, lo que es preocupante para Bogotá.
Tanto a nivel nacional como distrital se observaron reducciones significativas en la cantidad de personas sin aseguramiento en salud, con una disminución de -1,7 p.p. a nivel nacional y -3,9 p.p. a nivel distrital. En cuanto a las barreras en el acceso a servicios de salud, a nivel nacional se sitúan en 1,8 %, mientras que para Bogotá este indicador descendió a 1,5 % (una reducción de -2,8 p.p.).
Las reducciones en la carencia de aseguramiento, así como en las barreras de acceso a la salud fueron muy importantes para disminuir la incidencia del IPM y demuestran la capacidad que tuvo la ciudad para atender a su población, bajo un modelo de prestación en el que el 88 % de los afiliados estaban vinculados a una Entidad Prestadora de Salud (EPS) privada.
Al analizar la brecha de pobreza multidimensional entre hombres y mujeres, se observa que la incidencia es igual para ambos sexos y para la ciudad en general. Sin embargo, al analizar la brecha entre jefes de hogar por sexo, se encuentra que la incidencia de pobreza multidimensional es del 4 % para las mujeres jefas de hogar y del 3,2 % para los hombres jefes de hogar, una diferencia de 0,8 p.p., lo que resalta la importancia de diseñar políticas y programas que aborden específicamente las necesidades de las mujeres en situación de liderazgo.