Nación
Sequía histórica en Chingaza: Bogotá se enfrenta al peor panorama hídrico en 55 años
En 2024, la sequía en Chingaza supera todos los récords previos, alarmando a Bogotá.
El páramo de Chingaza, fuente vital de agua potable para Bogotá y los municipios aledaños, atraviesa una de las sequías más graves de su historia. En 2024, este ecosistema superó el récord que había perdurado por más de cinco décadas, el de 1995, estableciendo un nuevo hito preocupante en cuanto a la reducción de precipitaciones.
Esta situación ha generado una creciente alarma, no solo por los impactos ecológicos, sino también por las implicaciones en el abastecimiento de agua para la capital colombiana.
El año de la sequía: un nuevo récord inquietante
En septiembre de 2024, la gerente de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB), Natasha Avendaño, confirmó lo que muchos ya temían: “Agosto de 2024 fue el mes más caluroso en el Sistema Chingaza desde 1968, y hoy debo decir que 2024 ha superado todos los registros de sequía anteriores”.
Lo que antes era impensable, que el año 1995 fuera el más seco de la historia, hoy se ve eclipsado por la magnitud de la crisis hídrica que afecta al sistema de Chingaza.
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Caída drástica en las precipitaciones: un déficit preocupante
Los datos oficiales ofrecidos por la EAAB reflejan la magnitud del problema: mientras que el caudal promedio de lluvias en los últimos 55 años en el sistema Chingaza fue de 11,89 m³/s, en 2024 esa cifra cayó a 8,74 m³/s, un déficit de 3,15 m³/s.
Este descenso es alarmante, pues pone en evidencia la severidad de la sequía que está golpeando el corazón de la región Andina, con efectos directos en la cantidad de agua disponible para Bogotá y la Sabana.
A pesar de la incertidumbre sobre el comportamiento climático a futuro, Avendaño hace un llamado a la responsabilidad ciudadana: “No podemos predecir con exactitud qué sucederá con el clima, pero sí podemos cambiar nuestra relación con el agua. No bajemos la guardia, cada gota cuenta”, subrayó, apelando a la conciencia colectiva para enfrentar este desafío.
Respuesta del gobierno: medidas para asegurar el suministro
Ante este panorama crítico, el alcalde de Bogotá, Carlos Galán, destacó que las medidas adoptadas por la administración local han ayudado a mitigar el impacto de la sequía en la ciudad.
Según Galán, aunque las cifras de la Personería no coinciden con los cálculos del Acueducto, las reservas de agua están mejor preparadas que en años anteriores. “Es normal y esperado que el nivel de los embalses baje entre diciembre y marzo, pero hoy Bogotá está mejor preparada que hace un año. Gracias a las medidas que hemos tomado, Chingaza tiene hoy cerca de 23 millones de m³ más que el 15 de enero de 2024 y no va a caer al 20 % en marzo”, afirmó.
Las cifras de la Personería no coinciden con los cálculos de Acueducto.
— Carlos F. Galán (@CarlosFGalan) January 15, 2025
Es normal y esperado que el nivel de los embalses baje entre diciembre y marzo, pero hoy Bogotá está mejor preparada que hace un año. Gracias a las medidas que hemos tomado, Chingaza tiene hoy cerca de 23… pic.twitter.com/GGIre7EaUN
Estas medidas incluyen un enfoque en la gestión eficiente del agua y la promoción del ahorro hídrico en la ciudadanía.
Implicaciones ecológicas y sociales de la sequía
El impacto de esta sequía histórica no se limita al suministro de agua. Chingaza es un ecosistema clave para la biodiversidad de la región, hogar de especies endémicas y vital para el equilibrio ecológico de la zona. La falta de agua afecta tanto a la flora y fauna locales como a las comunidades que dependen de estos recursos naturales.
A nivel social, la crisis hídrica tiene efectos directos sobre la calidad de vida de los bogotanos. Es por esto que el llamado a la acción y a la colaboración ciudadana cobra más relevancia que nunca.
¿Sabías que el 2024 fue el año más seco registrado en el Sistema Chingaza? 😨
— Acueducto de Bogotá (@AcueductoBogota) January 24, 2025
Esta realidad nos invita a reflexionar, aún más, sobre nuestra relación con el agua, teniendo en cuenta que gran parte del abastecimiento de nuestra ciudad depende del páramo.
¡No es momento de bajar… pic.twitter.com/IEq2vrjhyr
“Esta realidad nos invita a reflexionar, aún más, sobre nuestra relación con el agua, teniendo en cuenta que gran parte del abastecimiento de nuestra ciudad depende del páramo” indico el Acueducto de Bogotá.