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Bucaramanga: estudiante relató los angustiantes momentos que vivió tras toma de la UIS por encapuchados
Cerca de 60 menores de edad presenciaron los disturbios.
A través de una carta, una estudiante de undécimo grado de un colegio de Bucaramanga (Santander) contó cómo vivieron ella, sus compañeros y profesores la toma de la Universidad Industrial de Santander (UIS) por parte de un grupo de encapuchados, quienes causaron millonarios daños.
Aquel jueves 27 de abril, la institución educativa había programado una vista a la UIS con el propósito de que los estudiantes conocieran los programas de pregrado que ofrece la universidad, así como su infraestructura. La salida académica transcurría con normalidad, pero hacia las 10:00 a. m. el panorama cambio drásticamente.
A esa hora, un grupo de encapuchados, en conmemoración de los dos años del estallido social o paro nacional del 28 de abril de 2021, se tomó la UIS y los alrededores de la institución. En medio de esta alteración de orden público se enfrentaron con las autoridades, lanzaron papas bomba y destrozaron todo a su paso.
“La situación fue aterradora, pues nunca había pasado por algo similar. El pensar qué pudo haber pasado causa miedo, te hace sentir vulnerable. El jueves 27 de abril mi institución programó una salida pedagógica para los grados noveno, décimo y once a la Universidad Industrial de Santander. Más tarde, nuestros profesores a cargo nos dieron tiempo de descanso”, dice un aparte de la carta.
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Y continúa relatando que: “uno de mis compañeros y yo nos dirigimos a la cafetería. Un señor se acercó y le preguntó a mi compañera, que estaba a mi lado, que quién era nuestro profesor a cargo. Luego de señalarle, se dirigió para hablar con ellos; poco tiempo después, nuestros profesores nos llamaron inmediatamente para decirnos que teníamos que dejar la UIS y seguir el recorrido, dijeron que teníamos que salir rápido porque había encapuchados”.
Fueron cerca de 60 estudiantes, menores de edad, los que estuvieron retenidos por varios minutos por los encapuchados, quienes sin su consentimiento les tomaron fotos e incluso trataron de obligarlos a hablar de problemáticas sociales para las cuales aún no están en condiciones de debatir.
“Dos de los encapuchados nos detuvieron diciendo que querían hablar con nosotros, tocaron temas como la inflación, violación y maltrato al campesino, entre otros temas de política. Fue una experiencia aterradora por la que la mayoría no habíamos pasado. Durante esto nos tomaron fotos y videos. Una de las profesoras les dijo a los sujetos que no podían retenernos, ya que éramos menores de edad. Entonces accedieron a dejarnos ir, no sin antes darnos unos panfletos”, agregó la estudiante.
Finalmente, en medio del caos, los estudiantes y sus docentes lograron salir de la UIS y retornar a sus hogares; por fortuna ninguno resultó con afectaciones físicas, aunque el choque emocional fue bastante fuerte e inesperado.
Cabe mencionar que la toma de la UIS se transformó en actos vandálicos y delictivos, toda vez que los encapuchados destruyeron las máquinas que están al ingreso del campus universitario y que permiten llevar un control de quienes ingresan a este, situación que quedó registrada en videos.
Al interior de la UIS, la zona más afectada fue el Centro de Tecnologías de Información y Comunicación (Centic). En esta aula los vándalos dañaron cerca de 143 computadores que estaban al servicio de los estudiantes, y no conformes con dañarlos también se robaron los discos duros, tarjetas de memoria y procesadores.
Adicional a esto, los encapuchados se llevaron 300 tabletas marca Samsung que se encontraban en una bodega del cuarto piso y destrozaron las cámaras de seguridad; los vidrios de las puertas y ventanas quedaron reducidos a pedazos en los pisos.
Tras evaluar la situación, las directivas del campus universitario aseguraron que se presentaron daños que superan los $1.200 millones.