Bucaramanga
Militar que persiguió al máximo jefe del Clan del Golfo ahora será gobernador de Santander; esta es su impresionante historia
El general en retiro Juvenal Díaz Mateus le declara la guerra a la delincuencia en Santander y le abre las puertas al presidente Gustavo Petro para resolver los problemas del departamento.
El general en retiro Juvenal Díaz Mateus aterrizó por accidente a la política y, en su primer intento por llegar a la Gobernación de Santander, conquistó a 423.130 personas.
Detrás de él hay una historia de valentía que lo llevó a enfrentar, junto a sus militares, a los peores delincuentes que aterrorizaban regiones de los departamentos de Antioquia, Córdoba, Chocó y Sucre.
El electo mandatario departamental carga con una pesada hoja de vida: pasó por prestigiosos centros de formación, donde alcanzó tres maestrías en defensa nacional y aprendió dos idiomas en su casa.
Aunque en las filas de la institución se perfilaba como el nuevo comandante general, el presidente Gustavo Petro ordenó su salida.
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Díaz Mateus salió en el primer remezón. No hubo explicaciones, pero sí recibió mensajes de tranquilidad por el servicio que le ofreció a la patria. Hoy cree que su salida responde a rumores sin sustento.
“Tenían la suspicacia de que yo era uribista por estar cuatro años en Antioquia, fui comandante de la Cuarta Brigada y de la Séptima División”, comentó.
Una vez colgó el uniforme y dedicó su tiempo a leer el acontecer de las regiones, interpretó que los primeros movimientos en la política de seguridad nacional llevarían a Colombia a una crisis.
Junto a un grupo de amigos, sintió la necesidad de volver a lo público y la mejor opción fue aspirar a un cargo de elección popular en el que, al inicio, pocas personas confiaron.
A la tropa le tomó por sorpresa la noticia, dado que en la historia reciente los generales en retiro se dedicaban a dar conferencias, emitir recomendaciones, escribir columnas de opinión y a descansar.
Él retornó al departamento que lo vio nacer a caminar por las calles y a recoger firmas para enfrentarse al todopoderoso Rodolfo Hernández, a quien le fue vetada su aspiración por el Consejo Nacional Electoral.
El triunfo en Santander lo saboreó con los otros hombres que pasaron por la fuerza pública y que también alcanzaron puestos en el Ejecutivo en las elecciones del pasado 29 de octubre.
Por ejemplo, el general en retiro Gustavo Franco es el alcalde electo de Guadalupe; el coronel Carlos Plata llegó a la Alcaldía de Acacías, y el intendente Javier Morales ganó la de Hato.
Detrás de un enemigo
Juvenal Díaz Mateus vivió su niñez soñando con ingresar al Ejército Nacional y con perseverancia se unió al grupo. Con el camuflado encima, construyó su hogar y crio a sus dos hijas.
Paralelamente, les hizo contrapeso a la extinta guerrilla de las Farc, al ELN, a las disidencias de las Farc, a las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) y a las bandas locales que amenazaban con alterar el orden público en los sectores donde comandaba.
El logro que más pesa es la persecución que le hizo a alias Otoniel, cuando fugía como jefe de las AGC en el Urabá antioqueño.
Durante un año lo atacó para debilitar el muro donde se escondía y enfiló a 600 hombres a su alrededor para que se sintiera débil. El jaque mate se lo dio junto a la Policía Nacional el 23 de octubre de 2021: “Capturamos a Otoniel”.
También coordinó la operación militar en la que murió alias Cabuyo, el jefe de las disidencias de las Farc al que todo Antioquia le temía. Él fue acusado por la Fiscalía de protagonizar homicidios, extorsiones, secuestros y torturas.
Ahora espera perseguir a los delincuentes que causan temor en Santander. Recibe una población atemorizada por los homicidios, los hurtos a mano armada y el cobro de extorsiones.
“Yo trabajaré firmemente por Santander, porque tenemos la experiencia, siempre fui un general que trabajó en la materia social y haremos las cosas bien”, afirmó el gobernador electo.
Díaz Mateus sospecha que concentró el 38 % del electorado porque se comprometió a tramitar los problemas del pueblo y se negó a recibir el respaldo de los cuestionados clanes políticos de la región.