NACIÓN
Así fue el rescate de una boa constrictor hallada en la comuna 20 de Cali
El Grupo de Protección Ambiental de la Policía realizó el rescate.
Este miércoles-15 de marzo- unidades del Grupo de Protección Ambiental de la Policía Metropolitana de Cali atendió el llamado de los habitantes de la comuna 22 de la capital del Valle, donde fueron sorprendidos con el hallazgo de una boa constrictor.
Según información preliminar, el animal estaba al interior de una vivienda, y fue inmediatamente entregado al Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente (Dagma).
Por ahora, este descubrimiento es materia de investigación por parte de las autoridades, al igual que el hallazgo de un animal de la misma especie que se reportó el pasado 28 de febrero en el kilómetro 6 vía a La Buitrera, zona rural de Cali.
La boa estaba en la rejilla de una recámara, y fue rescatada por los bomberos, quienes trasladaron la serpiente de gran tamaño al Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente (Dagma).
Tendencias
“Se hace recuperación de esta culebra que se encontraba en una rejilla en la parte alta de La Buitrera. El Dagma se encargará del procedimiento y posterior liberación cuando sea posible, ya que al parecer esta boa ha sido domesticada”, dijo uno de los bomberos en el lugar del hallazgo.
Cabe destacar que a la fecha, el Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Cali ha atendido 844 casos relacionados con animales de diferentes especies. 632 corresponden a casos de abejas en 2 meses, que equivalen a 316 por mes y 212 rescates de animalitos.
Un hecho similar se presentó en el sector de Pance, al sur de Cali, donde varios ciudadanos presenciaron el momento en que una serpiente cruzaba por una vía de esta zona de la ciudad.
A la vista de todos, el animal se deslizó por la carretera, mientras ciclistas y conductores se bajaron de sus medios de transporte para grabar al reptil, que pasó sin mayor inconveniente.
La grabación no fue ajena a los internautas, quienes aplaudieron a los ciudadanos que respetaron la vida del animal.
“Gracias por respetar a los seres vivos”; “preciosísima, a Dios gracias le permitieron seguir su camino”; “que bonito ver como nos concientizamos de cuidar a todo ser viviente”; “menos mal pararon el tráfico para que ella pueda pasar y no le hagan nada”; “que bien que le hayan respetado la vida al animalito”; “¡hermosa! Es una boa, una serpiente que no es venenosa y que no representa peligro para nosotros. Gracias a los ciclistas y a los conductores que pararon para dejarla pasar”; “de aplaudir que la respetaron. Dios permita cada vez seamos más conscientes y cuidemos los animales y naturaleza”.
Sellarán centro de investigación que experimentaba con monos
Los más de 100 monos que el Centro de Investigación Caucaseco y la Fundación Centro de Primates tenía encerrados, en Cali, para experimentar una esquiva vacuna contra la malaria no pueden hablar, pero si lo hicieran, dirían que estaban viviendo un infierno y que haber sido extraídos de su hábitat natural era el menor de los sufrimientos que padecieron.
Y aunque no pueden pronunciar palabra alguna contra sus maltratadores, la expresión de sus ojos les permitía revelar prácticamente todo. Las condiciones en las que fueron encontrados y las laceraciones en sus cuerpos confirmaban lo que no podían decir explícitamente.
A algunos monos se les negó, incluso, el derecho a comunicarse con la mirada: les faltaba un ojo, y otros pequeños ejemplares ya se encontraban muertos.
Cuando la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC) y la Fiscalía General de la Nación llegaron al centro de investigación, ubicado a las afueras de la ciudad, para rescatarlos, tras múltiples denuncias de defensores de derechos animales de la región, los encontraron en jaulas oxidadas, conviviendo con su propio excremento y alimentados con comida para perros.
Son 102 monos nocturnos (Aotus trivirgatus) y seis monos ardilla (Saimiri sciureus) los que fueron sometidos, en muchos casos durante años, a dolorosos experimentos que se convirtieron en torturas y que extrañaban vivir trepados en los árboles comiendo frutas, flores e insectos.
No solo les inoculaban el virus de la malaria, en un nuevo intento fallido por encontrar la cura, también les quitaban las extremidades y el bazo, órgano responsable de generar respuestas inmunológicas.
De acuerdo con Marco Antonio Suárez, director de la CVC, los monos fueron sacados de las montañas de Sucre y traídos a Cali con un permiso de caza otorgado por las autoridades ambientales de ese departamento. Sin embargo, la Fiscalía investiga la existencia de esas autorizaciones y la legalidad de las extracciones.
En esa misma línea, se pronunció el concejal del Movimiento Animalista del Valle del Cauca Terry Hurtado, quien además denuncia que el Centro de Investigación debe responder por cuatro monos nocturnos que no fueron encontrados el día del rescate. “Hay unos permisos de caza para exploración científica, pero queda en duda si estos sustentan la cantidad de monos que tenían. Los requisitos en el país aún son bastantes lapsos y pese a eso los habrían cumplido”, dijo.
Los monos fueron incautados por la CVC y trasladados a un centro de valoración y atención que tiene la entidad en el municipio de Palmira, Valle del Cauca, que fue adecuado para poder recibirlos.
El proceso de recuperación avanza lentamente. El idílico objetivo que se planteó la CVC es reintroducirlos en su hábitat natural. De no lograrlo, los monos quedarían bajo el cuidado de la entidad el resto de su vida en un espacio digno.