Violencia

Asointermedias le pide al Gobierno nacional reforzar la seguridad en las ciudades intermedias ante escalada de violencia

La asociación señaló que estas ciudades enfrentan hoy a múltiples desafíos de seguridad que limitan el desarrollo de sus comunidades.

13 de junio de 2025, 4:26 p. m.
el Ministro de Defensa en compañía de la Gobernadora del Valle y alcaldía de Cali, hacen presencia en zona rural de Jamundí, en donde el pasado martes 10 de junio, se presentó un atentado. Fotos Raúl Palacios / El País.
Así quedó el corregimiento Potrerito en Jamundí tras atentado terrorista del pasado martes. | Foto: Raúl Palacios

La Asociación Colombiana de Ciudades Intermedias (Asointermedias) expresó su preocupación por el deterioro de la seguridad en varios territorios del país y lanzó un llamado urgente al Gobierno nacional para priorizar medidas concretas que fortalezcan la capacidad de respuesta local frente a la creciente violencia.

“La seguridad no es solo un asunto nacional, es una condición esencial para el bienestar local. Sin seguridad, no hay inversión, educación ni democracia posible”, advirtió Santiago Ospina, director ejecutivo de Asointermedias.

La asociación destacó que las ciudades intermedias, tradicionalmente vistas como espacios de equilibrio, crecimiento e innovación social, se enfrentan hoy a múltiples desafíos de seguridad que limitan el desarrollo de sus comunidades y el accionar de los gobiernos locales.

Ante este panorama, Asointermedias hizo un llamado respetuoso al Gobierno nacional para que fortalezca la articulación con las alcaldías y brinde respaldo institucional, especialmente desde el Ministerio de Defensa y el Ministerio del Interior, en la construcción de soluciones ajustadas a las particularidades de cada territorio.

“Reiteramos nuestro compromiso con la institucionalidad y el trabajo conjunto para recuperar la tranquilidad en cada rincón de Colombia. La paz debe ser una realidad cotidiana, vivida en cada barrio, en cada plaza y en cada comunidad”, afirmó Ospina.

El pronunciamiento se da en un contexto de creciente preocupación por la seguridad ciudadana en regiones donde históricamente las condiciones de orden público han sido más estables, lo que enciende las alarmas sobre una posible expansión de dinámicas de violencia hacia territorios intermedios.

Una semana compleja

Una ola de violencia estremeció este martes el suroccidente colombiano tras la ejecución de 24 acciones terroristas en los departamentos de Cauca y Valle del Cauca, que dejaron un saldo trágico de siete personas muertas —entre ellas cinco civiles y dos patrulleros de la Policía Nacional— y 28 heridos, incluidos civiles, policías y militares.

Según el informe oficial emitido por la Policía Nacional, los atentados se concentraron en municipios como Caloto, Villa Rica, Suárez, Toribío, Timbiquí y Buenos Aires, en el Cauca, y en Jamundí, Palmira, Buenaventura y Cali, en el Valle. La ciudad de Cali, en particular, vivió momentos de caos con explosiones en zonas residenciales y comerciales.

Entre las víctimas mortales se encuentran el patrullero Jair Gonzalo Gurrete Bolaños, asesinado en Caloto, y su compañero Duván Andrés Ramírez Cárdenas, en Villa Rica. A ellos se suma el capitán Juan Carlos Amaya Méndez, abatido en medio de operaciones contra el Clan del Golfo en Sonsón, Antioquia.