Nación
Barbie Vanessa, mamá de Lyan, niño que estuvo secuestrado en Jamundí, compartió cruda imagen junto a un mensaje
El niño Lyan Hortúa llegó a estar 19 días en poder de disidentes de las Farc.

El 21 de mayo, disidentes de las Farc, pertenecientes a la estructura Jaime Martínez, dejaron en libertad al niño Lyan Hortúa, tras haber estado secuestrado durante 19 días.
El menor de 11 años había sido sacado de su vivienda ubicada en el corregimiento Potrerito, zona rural del municipio de Jamundí, Valle del Cauca.
Si bien, inicialmente, se llegó a decir que Lyan había sido puesto en libertad por voluntad de los criminales, luego se reveló que por la liberación del niño, sus familiares pagaron una millonaria suma de dinero.

Pero ahí no se detuvo todo. Luego, SEMANA conoció que detrás del secuestro de Lyan había un tema que comprometería a la mamá del niño, Angie Bonilla, con el narco Diego Rastrojo, poderoso capo del Valle del Cauca que fue extraditado a los EE. UU.
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Ahora, transcurrido más de dos meses de la liberación del menor Lyan, su mamá, quien en Instagram se hace llamar ‘Barbie Vanessa’, compartió a través de redes sociales una cruda imagen de puño y letra del niño. En esta, el menor plasma el horror del secuestro.
En el dibujo que hizo el menor en una hoja de cuaderno, se aprecian cinco personas pintadas de negro, dos de estas portando lo que serían armas de fuego.
Además, se puede ver a estos dos individuos de negro apuntando con el arma de fuego en la cabeza de dos personas más que aparecen ilustradas de rojo.
Junto a la imagen, un carro. Se trataría del mismo, en que los secuestradores se llevaron en ese entonces a Lyan.

Junto a la cruda imagen, la mamá de Lyan dijo en un mensaje que ese dibujo le conmovió el corazón y que, a su vez, le recordó que solo Dios podrá curar el dolor que el niño tiene en su corazón, tras haber sido víctima de un secuestro.
“Como mamá quisiera poder tener poderes, para evitar el dolor y el sufrimiento de mis hijos. Cuánto quisiera poder borrar de la memoria de mi hijo Lyan esos momentos de dolor… y no. Sencillamente, no lo puedo hacer, solo me queda esperar que el inmenso amor de Dios lo haga. Hoy Lyan hizo un dibujo que conmovió mi corazón y me recordó que solo Dios podrá sanar lo que en él se rompió, que hay cosas que no dependen de mí y tengo que dejar actuar a Dios sin exigencias. Solo dejando que sea su tiempo, que siempre será mejor que el mío. Y así como él mismo llamó su dibujo: ‘Una imagen vale más que mil palabras’”.