Violencia

Disidencias salieron a vías principales para realizar retén ilegal en Jamundí y dejaron cilindro en Cauca

Los hechos intimidantes se presentaron en Timba, El Palo y en cercanías a Popayán.

27 de mayo de 2025, 3:58 p. m.
Disidencias salieron a vías principales para realizar retén ilegal en Jamundí y dejaron cilindro en Cauca
Disidencias salieron a vías principales para realizar retén ilegal en Jamundí y dejaron cilindro en Cauca. | Foto: Suministrada a Semana API

Habitantes del corregimiento Timba, en Jamundí, Valle del Cauca, denunciaron que en la mañana de este martes salieron miembros de las disidencias de las Farc Jaime Martínez y montaron un retén ilegal en ese punto que comunica a ese municipio con el departamento del Cauca.

Los mensajes conocidos por SEMANA, señalan que los disidentes detuvieron el tráfico y pintaron varios vehículos con las siglas de las Farc. “Ya no se puede salir a trabajar”, señalaron algunos de los afectados.

De otro lado, en la vía que comunica a Piendamó con Popayán, capital del departamento del Cauca también se registraron retenes ilegales por parte de la estructura disidente Dagoberto Ramos.

Ese mismo frente disidente instaló un cilindro, aparentemente bomba, en la vía que comunica a los municipios Caloto y Corinto, norte del Cauca. Todas estas acciones criminales, que buscan intimidar a la población civil, se registran en el aniversario número 61 de las extintas Farc.

El comunicado de las disidencias

En un extenso y polémico comunicado por el aniversario, las disidencias de las Farc lanzaron fuertes críticas contra figuras políticas de toda la región, incluidos mandatarios de izquierda como Gustavo Petro y referentes de derecha como Javier Milei, a quienes acusan de representar intereses “imperialistas” y de traicionar las causas populares.

El mensaje, difundido a través de canales asociados al grupo armado, denuncia lo que consideran una manipulación histórica por parte de Estados Unidos y otras potencias extranjeras para controlar los gobiernos de América Latina, ya sea mediante dictaduras, figuras democráticamente elegidas o infiltraciones dentro de movimientos revolucionarios.

“EE. UU. y demás imperialistas han impuesto gobernantes a su medida para defender sus intereses”, afirman las disidencias, citando ejemplos como Alberto Fujimori, Álvaro Uribe, Juan Guaidó y Daniel Noboa. También hacen referencia a Zelensky en Ucrania y Javier Milei en Argentina, señalando que estas figuras responden a los intereses de Washington y sus aliados internacionales.

En el caso colombiano, la organización armada dedica un apartado especial para criticar al presidente Gustavo Petro, a quien acusan de apropiarse del discurso revolucionario mientras “desactivó las primeras líneas” y convirtió la movilización social en una plataforma electoral. El grupo señala que, pese al cambio de gobierno, no ha habido transformaciones estructurales, y aseguran que el malestar popular fue cooptado para alimentar una “democracia ficticia”.

Asimismo, el comunicado retoma la narrativa clásica de las Farc en torno a la traición dentro de sus propias filas. Acusan al anterior secretariado —quienes firmaron el Acuerdo de Paz en 2016— de robar a la organización y de colaborar con agencias extranjeras como el MI6 británico, el Mossad israelí y la DEA. Aseguran que más de 450 excombatientes firmantes del acuerdo han sido asesinados y denuncian la continuidad de estructuras paramilitares y represivas.

En tono desafiante, las disidencias reivindican su historia de más de seis décadas de lucha armada, insistiendo en que “la lucha revolucionaria no ha desaparecido” y rechazando la narrativa oficial que las da por extintas.

El comunicado, que circula con una advertencia sobre su autenticidad solo verificable a través de un código QR oficial, concluye con una dura crítica al papel de los medios de comunicación y figuras que, según el grupo, buscan confundir y manipular al pueblo bajo ropajes ideológicos ajenos a los verdaderos intereses populares.

Este pronunciamiento llega en medio de un contexto complejo para el proceso de paz en Colombia, marcado por tensiones entre el Gobierno Petro y distintas facciones armadas, y por un ambiente de creciente inseguridad en varias regiones del país.