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Valle del Cauca: asesinaron a vendedor de rifas en La Unión y a una vendedora de frutas en Tuluá
Las autoridades investigan ambos homicidios que enlutan al departamento.
Hay alerta en el Valle del Cauca por los recientes hechos violentos en los que han perdido la vida dos comerciantes.
El primer caso se presentó en el municipio de La Unión, donde sicarios a bordo de una motocicleta asesinaron a un vendedor de rifas identificado como Javier Ávila López, de 69 años de edad. De acuerdo con información preliminar, el comerciante estaba comprando pan cuando ocurrió el terrible hecho.
En La Unión lamentan la trágica muerte de Ávila López, pues era bastante reconocido en la zona cercana de la plaza de mercado del municipio.
De otro lado, en Tuluá, fue asesinada una vendedora de verduras, frutas y legumbres, identificada como Yackeline Contreras Arana. En este caso, la mujer iba en moto por la carrera 21 con calle 26A, cuando los homicidas le dispararon en varias oportunidades sin mediar palabra alguna.
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Por ahora, las autoridades se encuentran adelantando una investigación para dar con el paradero de los responsables de estos terribles hechos.
Estos casos se suman al ocurrido el pasado miércoles, 26 de julio, en el corregimiento Tres Esquinas, en zona rural del municipio de Tuluá (Valle del Cauca), donde fue asesinado el policía antinarcóticos, José Antonio Sánchez Girón.
De acuerdo con el coronel Ever Yovanni Gómez Reyes, comandante de la Policía de Tuluá, Sánchez Girón se movilizaba en una motocicleta cuando fue interceptado por hombres armados, quienes le quitaron la vida al dispararle en varias oportunidades, posteriormente, huyeron del lugar de los hechos.
“La Policía Nacional designó un grupo especial de inteligencia y Policía Judicial con el fin de esclarecer y dar con la captura de los responsables de este lamentable hecho. Extendemos un mensaje de fortaleza y solidaridad a la familia de nuestro uniformado”, manifestó Gómez Reyes.
Recompensa por homicidas de funcionarios
Una jugosa bolsa de recompensa está ofreciendo la Gobernación del Valle del Cauca por información que permita esclarecer los homicidios de tres funcionarios de la Secretaría de Tránsito del municipio de Tuluá.
En la tarde del 6 de julio, Alejandra Guatapi, directora del departamento de Tránsito y Movilidad de Tuluá, y Katherine Toro, funcionaria de la misma dependencia, fueron asesinadas por hombres armados que las abordaron y les dispararon cuando se movilizaban en un vehículo particular.
Apenas dos días después, el 8 de julio, sicarios acabaron con la vida del agente de tránsito John Jaiber Hincapié. El crimen ocurrió poco después del sepelio de Guatapi y Toro.
Esta oleada de crímenes relacionados con la Secretaría de Tránsito de Tuluá tienen las alarmas encendidas. Por eso, ofrecieron hasta $ 100 millones de recompensa por información que permita dar con los responsables.
El secretario de Convivencia y Seguridad Ciudadana del Valle del Cauca, Camilo Murcia, confirmó la cifra y dijo que el dinero será entregado a los informantes que aporten información valiosa.
“Rechazamos enfáticamente los hechos de violencia que se han presentado contra funcionarios públicos adscritos a la Secretaría de Tránsito de Tuluá. Tenemos una bolsa de recompensa por la identificación, judicialización y puesta ante la autoridad competente, de los autores materiales de estos hechos”, indicó Murcia.
El funcionario agregó que las investigaciones avanzan al tiempo que surgen los informantes. “Están dispuestas todas las capacidades de la Policía y la Fiscalía para dar con la captura de los responsables”, dijo.
El homicidio del agente de Tránsito se lo habría atribuido la temida banda delincuencial La Oficina a través de un panfleto que circula en redes sociales. En esa misiva, la estructura también se achaca la muerte de un hombre en el corregimiento de Aguaclara.
Hay que recordar que La Oficina, también conocida como La Inmaculada, se ha dedicado por años a la venta de estupefacientes, sicariato, extorsiones y tráfico de armas en Tuluá. Pese a que han caído sujetos de jerarquía criminal, la estructura sigue delinquiendo, ahora con más fuerza.