Cartagena

¿Red de trata de mujeres en Cartagena? El angustioso llamado tras desaparición de varias mujeres en situaciones similares

SEMANA conversó con Rosiris Murillo, una mujer que ha estado de cerca en la búsqueda de estas misteriosas desapariciones.

Gabriel Salazar López

Gabriel Salazar López

Periodista Semana

3 de junio de 2025, 11:13 a. m.
Cartagena
Mujeres en el Centro Histórico de Cartagena. Foto: Guillermo Torres Reina / Semana | Foto: GUILLERMO TORRES REINA-SEMANA

En las calles de la Cartagena turística, la que muchos aman y otros tantos disfrutan de sus riquezas naturales y gastronómicas, también están los familiares de Tatiana Hernández, Karina Cabarcas y Alexandrith Sarmiento, quienes están desparecidas y nadie da razón de ellas.

Son tres nombres, tres historias truncadas, tres madres que aún caminan la ciudad tratando de dar con sus paraderos. La pregunta inevitable que se hacen una y otra vez: ¿hay una red de trata de mujeres operando impunemente en la capital de Bolívar?

En conversación con SEMANA, Rosiris Murillo Morelo, representante legal de la Asociación Grupo Artístico de Mujeres Espejo, rompió su silencio visiblemente conmovida, pero con la fuerza que tiene desde hace años acompañando el dolor de estas y otras madres en la capital de Bolívar.

Dice que su voz no se callará hasta que Dios la llame a su presencia. Mientras eso pase, seguirá luchando por los derechos de las que no tienen voz en Cartagena.

“Son desapariciones que no tienen explicación y que hasta el sol de hoy no se sabe nada, aun cuando las autoridades dicen que han trabajado”, denuncia con firmeza.

La organización que representa Murillo no tiene recursos y mucho menos escoltas, pero se ha convertido en un espacio para las madres que la incertidumbre parece que les fuera ganando la batalla.

“Nosotros, como asociación, trabajamos todo tipo de violencia contra las mujeres, en especial esas ejercidas contra sus vidas, sus cuerpos, sus historias. Nos ha llamado poderosamente la atención este patrón en las desapariciones: todas son jóvenes, muchas profesionales. Tatiana, médica rural; Karina, estudiante de trabajo social; Alexandrith, víctima de un caso que ya apunta a trata de personas”, explica.

Sin titubeos dice que con la experiencia que tiene en estos casos de desaparición y tras las investigaciones de las autoridades que han sido casi nulas, no descarta que en Cartagena haya una red de trata de mujeres. Asegura que su ciudad, esa que tanto adora, está partida en dos.

“La Cartagena turística y la Cartagena empobrecida. Y es en esta última donde desaparecen nuestras niñas. ¿Cómo puede ser que no haya cámaras en una ciudad como esta? ¿Cómo puede ser que no sepamos qué ocurre en pleno centro histórico?”, asegura.

Tatiana Hernández, desaparecida en Cartagena.
Tatiana Hernández, desaparecida en Cartagena. | Foto: Suministrada a SEMANA.

Rosiris asegura una y otra vez que no es coincidencia que en los tres casos de desaparición de estas jóvenes haya un patrón escalofriante: todas se producen en zonas costeras, cerca del mar; en todas las escenas quedan objetos personales —chancletas, celulares, bolsos— como si a las jóvenes se las hubiera tragado la tierra.

“Tres casos, tres veces lo mismo. No es coincidencia. No entendemos esta violencia oculta, esta violencia que nadie explica, pero que sabemos que está ahí”, insiste Murillo.

La desesperación de las madres se ha convertido en varias actividades como marchas, vigilias, rituales, reuniones y plantones frente al mar. Han recorrido barrios enteros siguiendo pistas, muchas veces falsas.

“A la mamá de Karina la llamaron para decirle que la habían visto en Bogotá. Fue hasta allá. Luego le dijeron que estaba en un barrio de Cartagena, que le habían cortado el cabello. Todo eso lo ha hecho esa madre, 15 años después de la desaparición de su hija, sin una sola respuesta”, explica.

Panorámica de Cartagena
Panorámica de Cartagena. | Foto: Getty Images/Collection Mix: Sub

En el caso de Alexandrith, el más avanzado judicialmente, hay un sospechoso preso: el tío político, que ya fue condenado, pero del paradero de la joven no se sabe absolutamente nada.

“Sabemos que es un tema de trata de mujeres que hay en Cartagena. Aunque él está detenido, la familia quiere saber dónde está Alexandrith. Para nosotros eso dio luces, nos mostró una ruta. Pero no basta. Necesitamos saber la verdad completa”, agrega.

En la mente de Rosiris, una líder social incansable, hay nombres, fechas y hasta lugares. La mujer ha asumido esta misión de no permitir el olvido de ninguno de los casos que han golpeado a la comunidad cartagenera.

Además, dice que a veces siente temor, también, de lo que significa enfrentar redes que “te mandan a silenciar. Aquí no se puede hablar de esos casos. Te persiguen. Te amenazan. Pero hay tres mamás dispuestas a todo por encontrar a sus hijas”.

En medio de la entrevista asegura en varias oportunidades que hay mujeres migrantes venezolanas que son utilizadas como mercancía por grupos organizados.

“Nosotras hemos documentado más de 10.000 casos de mujeres prostituidas, muchas veces con complicidad de autoridades que hacen caso omiso. Hay niñas que son recogidas por carros y traídas a los tres días, drogadas. Y nadie actúa”, denuncia.

La organización Mujeres Espejo trabaja en paralelo con una institucionalidad que, según Murillo, no ha respondido con la contundencia necesaria en medio de todos estos casos.

“No puede ser que se gasten millones en robots subacuáticos, mientras en los barrios no hay una cámara, no hay seguimiento, no hay política pública de protección. Lo que tenemos es miedo, pero también una red de mujeres dispuestas a romper ese miedo”, asegura.

Para Rosiris, el Estado está en deuda con las mujeres de Cartagena. “Necesitamos que la administración se ponga en la piel de una madre que pierde a su hija. Que entiendan que esto no es solo un caso aislado. Es un patrón. Es un sistema. Es trata de mujeres y no vamos a callar”, precisa.