Norte de Santander
Guerra en el Catatumbo: 2.000 hombres contra 500, así atacó el ELN a las disidencias de las Farc
El Frente 33 de las disidencias ha perdido cerca de 200 hombres, entre muertos y desertores, en las últimas semanas.
Una feroz disputa territorial entre el ELN y las disidencias de las Farc ha sumido a la región del Catatumbo en una de las peores crisis humanitarias de los últimos años. Hasta la fecha, los enfrentamientos han dejado un saldo de más de 80 asesinatos, 32 personas secuestradas y más de 32.000 desplazadas, en un escenario de violencia que ha estremecido a Colombia.
Según un informe conocido por SEMANA, el ELN desplegó aproximadamente 2.000 combatientes (algunos llegaron desde otras regiones, como Arauca) para atacar sin tregua al Frente 33 de las disidencias, que contaba hasta hace algunas semanas con menos de 500 hombres. Este violento enfrentamiento se originó tras el rompimiento de acuerdos criminales entre ambas organizaciones, que habían logrado coexistir mediante un pacto de división territorial y económica hasta finales de 2024.
El Frente de Guerra Nororiental del ELN, liderado por alias Alfredo, ha demostrado su amplia superioridad militar en la región, con un contingente que triplica en número al de las disidencias. La estrategia de “sometimiento o muerte” adoptada por el ELN fue confirmada por un funcionario que monitorea el conflicto: “La venganza se habría planeado en diciembre y se ejecutó desde el 16 de enero”, afirmó.
Los primeros movimientos del ELN se reportaron a finales de 2024, cuando sus tropas avanzaron hacia el norte de los municipios de Tibú y El Tarra. Inicialmente se sospechó que su despliegue estaba relacionado con un ataque a las fuerzas militares que protegían la restauración de un gaseoducto, pero la verdadera intención era eliminar a su nuevo enemigo.
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Los acuerdos rotos incluían la división de zonas para la producción de droga, la delimitación de territorios políticos y el respeto a las fronteras de operación. Sin embargo, el incumplimiento de las disidencias, lideradas por alias Iván Mordisco y Calarcá, detonó la ofensiva del ELN, fortalecido bajo el liderazgo de Antonio García y con un control casi absoluto del narcotráfico en la región.
Las consecuencias de este conflicto son devastadoras. El Frente 33 de las disidencias ha perdido cerca de 200 hombres, entre muertos y desertores. Mientras tanto, miles de familias han huido de la región buscando refugio en medio de la violencia que no parece tener fin.
Las autoridades locales y nacionales enfrentan el desafío de atender la emergencia humanitaria y contener la violencia. Mientras tanto, el Catatumbo sigue siendo un territorio atrapado entre el narcotráfico, los intereses armados y el abandono estatal, donde la población civil sigue siendo la principal víctima de una guerra sin cuartel.