Guerra en el Catatumbo: disidencias de las Farc retoman ofensiva contra el ELN en Tibú y amenazan con recuperar el control en la región

Los habitantes de la vereda Versalles, en el municipio de Tibú, Norte de Santander, informaron que las disidencias de las Farc destruyeron una estructura que el ELN había instalado para celebrar su 60 aniversario.

Durante el mismo ataque, los disidentes quemaron también la bandera de dicho grupo guerrillero, un acto simbólico que reafirma la creciente tensión entre ambos actores armados en la región del Catatumbo.

La situación en Tibú y sus alrededores se ha intensificado, ya que las disidencias de las Farc han lanzado una contraofensiva contra el ELN, con el objetivo de retomar el control de la subregión del Catatumbo.

Según fuentes locales, las disidencias ya habrían logrado recuperar el casco urbano de Tibú, así como sus principales salidas hacia otras localidades como El Tarra, La Gabarra y la frontera con Venezuela, en Tres Bocas.

Se reportan también movimientos militares de las disidencias en el área, con más de 150 hombres provenientes de Arauca y el Magdalena Medio, lo que indica una posible ampliación de los ataques hacia el municipio de El Tarra.

La situación de seguridad en el Catatumbo sigue siendo delicada, con el temor de que estos enfrentamientos se intensifiquen aún más en las próximas horas desde que estalló la ola de violencia a principios de enero del presente año.

Este nuevo capítulo en la guerra entre las disidencias de las Farc y el ELN pone en evidencia la lucha por el control territorial en una región estratégica para el narcotráfico y la actividad guerrillera, lo que agrava la ya compleja situación de seguridad y de desplazamiento forzado en el norte de Colombia.

A pesar de la presencia activa de las Fuerzas Militares en la región, las confrontaciones continúan y la población civil se encuentra atrapada en medio del conflicto armado.

Según el último informe de la Gobernación de Norte de Santander, se ha confirmado el asesinato de 88 personas en el contexto de la lucha por el control territorial y las rutas del narcotráfico. Entre las víctimas se encuentran seis firmantes de paz, tres líderes sociales, cuatro menores de edad y 75 civiles.

El sufrimiento de los campesinos es especialmente grave, ya que se refleja en un aumento significativo de desplazamientos forzados y confinamientos. Las autoridades han reportado que 59.335 personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares, mientras que 15.703 continúan atrapadas en sus viviendas, temiendo ser víctimas del conflicto.

La situación humanitaria en la región sigue siendo crítica, con un clima de incertidumbre y violencia que afecta directamente a las comunidades más vulnerables.