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La historia desconocida de la guerra del ELN y las disidencias de las Farc en el Catatumbo

SEMANA accedió a nuevos detalles de la confrontación que libran las disidencias de las Farc y la guerrilla del ELN en las montañas de Norte de Santander. Cientos de vidas están en riesgo.

Redacción Semana
22 de enero de 2025
Defensoría del Pueblo emite alerta temprana por disputas entre el ELN y Disidencias de las Farc por control de rutas del narcotráfico en Vichada
El ELN y las disidencias de las Farc están en una guerra a muerte en el Catatumbo. | Foto: A.P.I

Hace siete días no paran las balaceras en el Catatumbo. La guerrilla del ELN rompió el pacto de sangre que hizo con las disidencias de las Farc a finales de 2018 y activó un conflicto que ya deja más de 80 fallecidos, según cifras de las autoridades locales. SEMANA accedió a información reservada de la Fuerza Pública sobre lo que está aconteciendo en esta zona del departamento de Norte de Santander.

Si bien los hombres de Antonio García eran los líderes del narcotráfico en la región, permitieron que alias Iván Mordisco y Calarcá instalaran un brazo de su grupo armado con varias condiciones: se dividieron las montañas para producir droga, se repartieron las comunidades para hacer política y se establecieron las zonas que no podían cruzar para evitar confrontaciones. La palabra se cumplió hasta 2024.

Las disidencias, con menos de 500 hombres en las filas del Frente 33, arrasaron con los acuerdos ante un ELN fortalecido en la subregión; informes de inteligencia detallan que el Frente de Guerra Nororiental, que está bajo el liderazgo de alias Alfredo, cuenta con 1.946 personas, tanto en armas como en milicianos. Es decir, el ELN es tres veces más grande y reconoció esa fortaleza en el campo de batalla.

La versión de la Fuerza Pública es que, posiblemente, un alto mando de los elenos notó el incumplimiento del bando contrario y ordenó borrarlos del territorio: “Es sometimiento o muerte”, manifestó a SEMANA uno de los funcionarios que le están siguiendo la pista a la guerra que libran los dos grupos armados. Así las cosas, la venganza se habría planeado en diciembre y ejecutado desde el 16 de enero.

    Diez departamentos fueron azotados esta semana con actos de violencia. Los principales sospechosos son los integrantes del Clan del Golfo, del ELN, de las  disidencias de las Farc y de bandas locales.
El ELN y las disidencias de las Farc, en guerra en el Catatumbo. | Foto: EDWIN BEJARANO / Getty Images

Los primeros movimientos del ELN se dieron a finales de 2024 hacia el norte de los municipios de Tibú y El Tarra. En un principio, se sospechó que esa alineación de la guerrilla podría obedecer a un plan para atacar a las tropas de las fuerzas militares que estaban custodiando la restauración de un gaseoducto en el departamento, pero finalmente hicieron la avanzada para interceptar a su nuevo enemigo.

El Frente de Guerra Nororiental sacó todo su arsenal. Desde que comenzó el conflicto, expuso sus armas más letales: francotiradores, explosivos artesanales y trampas mortales. Entre tantas cosas, se ha identificado la detonación de material a través de vehículos aéreos no tripulados, un fenómeno delincuencial que arrancó en el Cauca y que ya se replica en otros puntos del país por la facilidad de afectar al enemigo.

Las autoridades consultadas para este artículo, quienes pidieron omitir sus identidades, tienen la certeza de que las disidencias de las Farc están acorraladas por el ELN y sospechan que la violencia no terminará hasta que los hombres de Arley, la cabeza visible del Frente 33, salgan del Catatumbo, aunque ellos no darán su brazo a torcer e intentarán dar la lucha bajo las mismas técnicas sanguinarias.

Ahora bien, los campesinos del Catatumbo saben realmente lo que hay detrás de toda esta violencia: “Son cosas de comandantes, pero es por plata, mucha plata”, dijeron a SEMANA varias víctimas del desplazamiento masivo que provocan los combates en los municipios de Tibú y El Tarra. Esas diferencias, que podrían ser económicas e ideológicas, suman centenares de muertos.

Personas desplazadas por recientes enfrentamientos entre grupos armados abordan canoas para cruzar el río Tarra, que divide a Colombia y Venezuela, en Tibú, departamento de Norte de Santander, Colombia, el 19 de enero de 2025. Un nuevo brote de violencia guerrillera en medio de un proceso de paz tambaleante en Colombia, plagada de conflictos, ha dejado más de 80 personas muertas en poco más de tres días, informaron funcionarios el domingo. El grupo armado Ejército de Liberación Nacional (ELN) lanzó el jueves pasado un asalto en la nororiental región del Catatumbo contra una formación rival compuesta por exmiembros de la extinta guerrilla de las FARC que siguió luchando luego de que ésta se desarmó en 2017. (Foto de Schneyder Mendoza /AFP)
Personas desplazadas por enfrentamientos entre el ELN y las disidencias de las Farc en el Catatumbo. | Foto: AFP

El Ejército Nacional está preparando su incursión en el territorio para evitar las confrontaciones que podrían afectar a la población civil, lo mismo está haciendo la Policía Nacional. Mientras que la Defensoría del Pueblo y la Iglesia católica instan a los criminales a frenar sus acciones que se traducen en violaciones a los derechos humanos de cientos de habitantes de la región del Catatumbo.