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Así son las reuniones para extorsionar a la comunidad que convoca el cabecilla de las Farc que fue capturado en carros de la UNP
Por orden de la fiscal Luz Adriana Camargo, el delincuente recobró la libertad y ahora está atormentando a la población civil.
Juan Antonio Agudelo Salazar, alias Urias Perdomo, es uno de los 18 disidentes que fue sorprendido en camionetas de la Unidad Nacional de Protección (UNP) en Antioquia. Él fue detenido por el Ejército y, por orden de la fiscal Luz Adriana Camargo, se le otorgó la libertad por estar negociando la paz con el Gobierno, pero SEMANA tuvo acceso a pruebas que revelarían lo que en verdad está haciendo.
Este hombre es el cabecilla principal de la estructura Rodrigo Cadete del Estado Mayor Central de las Farc que se mueve en el Caquetá. Según informes de inteligencia del Ejército, es uno de los delincuentes con mayor capacidad económica en la organización armada: sólo en un mes, estaría recibiendo más de dos mil millones de pesos producto del cobro de extorsiones.
Precisamente, las autoridades conocieron este lunes que alias Urias Perdomo, luego de esquivar la cárcel en Antioquia, reactivó las ‘vacunas’ en la zona de influencia. Con su supuesta autorización, sus hombres están citando a los pobladores a reuniones en las que les han exigido altas sumas de dinero. Las víctimas han sido organizaciones sociales, campesinos y negociantes, entre otros miembros de la región.
“Urias es un jefe de extorsiones. Hoy, este personaje tiene extorsionada a Florencia y a toda la zona norte del Caquetá. Hace unos días, este tipo fue capturado en un retén del Ejército en el departamento de Antioquia. La verdad, muchos habitantes estuvimos alegres, pero no fue así, fue puesto en libertad y hoy traído en un avión, hoy está citando a la población, que está siendo extorsionada”, dijo el gobernador de Caquetá, Luis Francisco Ruiz.
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Aunque este sujeto está en libertad y tiene las órdenes de captura suspendidas, en la justicia ordinaria permanecen procesos por concierto para delinquir con fines extorsivos, homicidio agravado y terrorismo. Los investigadores lo acusan de atacar violentamente a los excombatientes de las Farc-EP que se han negado a volver a las filas y a cometer vejámenes contra la población civil.
Un informe del Ejército Nacional expone que él sería el responsable de, por lo menos, 450 hechos de extorsión cometidos contra comerciantes, ganaderos, campesinos, transportadores, contratistas de obras en municipios del Caquetá, empresarios y hasta juntas de acción comunal. Una parte de esas ganancias las distribuiría en fiestas, mujeres, rifas, drogas y licor, además de otras excentricidades.
Sus tentáculos estarían regados por varios puntos del territorio nacional. Las autoridades analizan posible lavado de activos y testaferrato en Huila, Meta, Córdoba, Eje Cafetero, Antioquia, Cali y la Costa Atlántica: “Habría adquirido propiedades, como parqueaderos, haciendas, bodegas y apartamentos” con el dinero que le arrebata a la gente, más el tráfico de drogas y extracción de oro.
La última vez que estuvo frente a la vista de la opinión pública fue el pasado 23 de julio, cuando se movilizaba en camionetas de la Unidad Nacional de Protección por las carreteras de Antioquia junto a la cúpula de alias Calarcá. Ellos portaban armas de fuego y dinero en efectivo. Aunque fue capturado por hechos en flagrancia, la Fiscalía ordenó levantar sus órdenes de captura y ahora está en libertad.