Justicia
La indígena embera del billete de 10.000 pesos demandó al Banco de la República por el uso de su imagen. Pide millonaria indemnización
SEMANA revela la demanda contra el Banco de la República por utilizar sin autorización el rostro de la indígena embera, quien, además, era menor de edad para la época. El fotógrafo también demandó.

Pese a que su rostro apareció hace más de 30 años en todos los billetes de 10.000 pesos colombianos, la fama, el reconocimiento y, sobre todo, el pago por el uso de su imagen le han sido siempre esquivos a Adriana Martínez Dogirama.
El billete, que vio la luz en 1992, se ha convertido en una verdadera obsesión para los coleccionistas por la historia detrás de la pieza, que tuvo que salir de circulación luego de un multimillonario robo de estos billetes sin estrenar a un banco en Valledupar; eso, sin pasar por alto la imagen del rostro de la mujer indígena que lo identificaba.

Sin embargo, en el membrete de la foto solo se la reconocía de manera genérica como “mujer embera”, una inscripción que desconocía incluso que se trataba de una niña de tan solo 14 años.

SEMANA revela en exclusiva la demanda contra la nación, representada por el Banco de la República, por usar de manera indebida la imagen de Adriana Martínez Dogirama.
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En la acción judicial se pone de presente, fuera de la falta de reconocimiento económico a la mujer indígena, los perjuicios morales que ha sufrido por el uso de esta imagen que le ha dado la vuelta al mundo.
“Durante 30 años, Adriana Martínez ha sido objeto de burlas, chistes ofensivos y en algunos casos bullying por parte de miembros de su comunidad”, recalca la demanda que subraya las graves afectaciones.
La demanda describe claramente la estigmatización de Adriana, cuya historia fue dada a conocer justamente por este medio en septiembre de 2024, pues los integrantes de su propia comunidad “le reclamaban que había vendido sus usos, cultura e identidad. Otros sobreponían el apodo de ‘billete de diez mil’ sobre su nombre, hecho que la marcó a ella y a su familia psicológicamente”.

Por estos hechos, se le pidió al Banco de la República el pago de los “daños patrimoniales y extrapatrimoniales” causados por el uso indebido de la imagen de Adriana Martínez por una cifra cercana a los 700 millones de pesos.
“El Banco de la República causó un agravio injustificado a mi mandante y a su familia, en tanto que utilizó sin su consentimiento y violando los derechos la imagen tomada en el año de 1987, cuando apenas era una niña”, manifiesta la demanda.
Por su parte, el fotógrafo Mauricio Pardo Rojas, quien tomó la fotografía después de convivir ocho años con la comunidad embera para un trabajo que fue publicado por el Museo del Oro, también presentó una demanda contra el banco, que nunca le reconoció su trabajo y, asegura, lo engañó.

En 2008, en un evento académico, el fotógrafo les preguntó a funcionarios del Banco de la República si la imagen que se había utilizado para el emblemático billete era de su propiedad. “Le afirmaron que su sospecha carecía de validez y que el autor de la imagen era G. Reichel-Dolmatoff, un antropólogo austriaco que escribió sobre los embera en los años sesenta”, fue la respuesta.
Solo hasta 2023 una llamada despejó sus dudas. El presidente de la Sociedad Numismática de Colombia le aseguró que “tras un peritaje técnico y morfológico, se demostró que la fotografía había sido tomada efectivamente por Pardo Rojas”.
Después de 30 años, el dolor de cabeza se mantiene para el Banco de la República. No solo tuvo que recoger todos los billetes por el coletazo del denominado robo del siglo, sino que deberá responder por dos demandas con alta posibilidad de perder.