Antioquia
Advierten sobre nueva ola de migrantes en Necoclí, Antioquia
Viajeros ecuatorianos se podrían multiplicar en el Urabá antioqueño en las próximas semanas.
En los próximos días podría volver a tomar fuerza una ola de migrantes en el municipio de Necoclí, Antioquia. Los extranjeros llegarían a las playas para conseguir un cupo hacia el Tapón del Darién con el propósito de resguardarse en Estados Unidos o Centroamérica.
El mayor número de los viajeros llegaría de Ecuador, según los análisis de la Gobernación. Pero esa situación estaría condicionada a las políticas de admisión que defina el Gobierno de Joe Biden que filtra con rigurosidad las asignaciones de permisos para entrar al país.
En caso de que flexibilice el ingreso a territorio norteamericano por la frontera mexicana, nuevamente habría una crisis en el Urabá por el incremento de ciudadanos que hacen escala para transitar hacia el departamento del Chocó y luego a Panamá.
La alerta fue encendida por la directora de Derechos Humanos de Antioquia, Luz Patricia Correa, porque la oferta se vería superada por la demanda, tal como ha ocurrido en los últimos meses. En consecuencia, el cubrimiento de las necesidades no estaría asegurada.
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Los ecuatorianos son los que han expresado voluntad de caminar desde Suramérica hacia el centro del continente. El recorrido por la selva, con suerte, se hace en tres días, aunque por las condiciones climáticas, las personas se llegan a demorar hasta 120 horas.
Con base en las estadísticas que reveló el puesto de mando unificado que se mantiene activo en esta subregión, hoy los venezolanos son los que buscan viajar con mayor insistencia. El 63 % del flujo migrante corresponde a esta nacionalidad.
En la lista también aparecen los haitianos que acumulan el 6,7 % de las personas que pasan por el Darién. Los cubanos ocupan el tercer renglón con el 4,4 %. Mientras que los ecuatorianos alcanzaron el 3,5 %, pero estaría en aumento.
Las cifras son dramáticas. Según Migración Colombia, la cantidad de personas que cruzaron de este país hacia Panamá en 2022 se multiplicó en los doce meses: 248.000 ciudadanos, el 85 % son adultos y el 15 % son menores de edad.
El Ministerio Público también mostró preocupación por el escenario que enfrentarían en la localidad porque el pueblo de Necoclí no cuenta con los recursos para costear las necesidades de la población migrante, por lo que piden la articulación del Gobierno.
“Nos preocupa que esta situación se vuelva a presentar en los próximos días con migrantes de nacionalidad ecuatoriana y solo les dejen la responsabilidad del municipio, quienes somos los que nos ha tocado lidiar con la crisis humanitaria”, dijo la Personería.
Recientemente, la Defensoría del Pueblo le jaló las orejas al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) porque la emergencia requiere una presencia más activa, a razón de que el 15 % de los migrantes son niños y adolescentes que están al margen de las amenazas que hay en la travesía por Colombia.
Con base en las cuentas de este organismo, en los solo quince días pasaron cerca de 4.290 menores de edad. Ellos estuvieron en alto riesgo por el peligro de la trata de personas o la explotación sexual comercial que se ha denunciado ampliamente en el municipio de Necoclí, situación utilizada por algunos ciudadanos para costear el temido viaje.
“El incremento de la población migrante y refugiada en tránsito hacia el norte del continente ha hecho que la crisis humanitaria en la frontera con Panamá se agudice al igual que los riesgos de vulneración de derechos fundamentales para estas personas”, aseguró el defensor del Pueblo, Carlos Camargo, desde el Urabá.
Si bien se ha tenido el antecedente de olas migratorias, 2022 fue el año más crítico porque la cantidad de personas se dobló.