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El grupo de niñas en el Chocó que le apuestan a la robótica
La Fundación Nuevo Amanecer ESAL lidera un programa de robótica que busca desarrollar proyectos de naturaleza social y productiva que beneficien a la población menos favorecida.
En medio de las adversidades que enfrenta el departamento del Chocó, un grupo de niñas busca abrirse paso y destacarse en la robótica para romper brechas y ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas al proporcionar soluciones innovadoras a problemas cotidianos.
La robótica es una rama de la ingeniería y la ciencia que se enfoca en el diseño, la construcción, la operación y el uso de robots. Los robots son máquinas programables que pueden llevar a cabo tareas de manera autónoma o semiautónoma. La robótica combina principios de diversas disciplinas como la ingeniería mecánica, la electrónica, la informática y la inteligencia artificial para desarrollar sistemas robóticos.
En total son seis niñas que participaron en una convocatoria y lograron ingresar al programa de robótica que ofrece una fundación conocida bajo la razón social de Nuevo Amanecer ESAL con sede en Quibdó.
Gracias a diferentes alianzas, la fundación, en cabeza de su directora, Haidy Sánchez Mattsson, logró recolectar los suficientes recursos para capacitar por un año a las estudiantes, cuyas edades oscilan entre los 14 y 15 años y pertenecen a comunidades afrodescendientes y poblaciones indígenas del municipio del Alto Baudó.
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“El programa de robótica femenina en Quibdó ha impactado positivamente en la comunidad, ya que es un proyecto inclusivo, que ayuda a promover habilidades tecnológicas y socioemocionales en niñas de 14 a 15 años, contribuyendo al desarrollo educativo y social de la región”, expresó Enith Mena Mayo, docente especialista en tecnología.
La robótica abarca desde la mecánica y el diseño físico de los robots hasta el desarrollo de algoritmos para controlar su comportamiento, tomar decisiones y aprender de su entorno. Es un campo en constante evolución con aplicaciones cada vez más diversas y sofisticadas.
“A las niñas les ha servido el programa porque les ayuda a promover la igualdad de oportunidades, al proporcionar acceso a tecnologías avanzadas que de otra manera podrían no tener acceso a ellas, donde esto puede ayudar a cerrar la brecha digital y mejorar la inclusión social”, dijo Gabriela Patricia Areiza, coordinadora ejecutiva y docente en el programa de robótica.
“Nuestras niñas son de diferentes instituciones educativas del municipio, niveles socioeconómicos y su desempeño, conocimiento y las ganas de aprender son inigualables”, agregó Areiza.
“Lo que he aprendido sobre la robótica es cómo manejar un robot y construirlo paso a paso, a utilizarlo en actividades cotidianas o para resolver problemáticas que pasan, utilizando sensores, y entre otros factores también he aprendido a programar con mucha más facilidad desde bloques en los cuales está la información que puede hacer el robot desde una secuencia”, expresó Francesca Gil Mena, una de las estudiantes.
Este grupo de niñas viajará a Medellín el próximo año para participar en una competencia nacional que se llevará a cabo en febrero.
“Lo que más me ha gustado de participar en este equipo es el descubrimiento de mis habilidades en las variadas áreas que desempeñamos en cuanto a las actividades, y es que, es grandioso cómo en compañía de mujeres capacitadas y berracas como coloquialmente se dice, puedo crecer y desarrollarme en modo de retroalimentación y aparte, aumenta mi confianza en sí misma y la idea de que soy apta para hacer lo que me proponga. He aprendido a innovar y diseñar programaciones con facilidad y en tiempo récord, aplicando diversos códigos, sé manejar y organizar el robot de una muy buena forma, pero lo más importante, he aprendido a trabajar en equipo y apoyarnos las unas a las otras”, dice Maxdy Lorena Perea Andrade, una de las estudiantes beneficiadas.
“La Fundación Nuevo Amanecer ESAL está llevando a cabo este programa en alianza con la Fundación Colombiana Global Arte, Ciencia y Tecnología de Medellín, con el objetivo de ofrecer empoderamiento y liderazgo femenino a dichas niñas y de esa forma ayudarles a crear proyectos de vida”, se lee en la misión de la organización.
El programa tiene una duración de 120 horas, 6 meses de clases sincrónicas virtuales, clases de 5 horas todos los sábados y practican la construcción de robots desde un plantel educativo con docentes acompañantes en Quibdó.