Antioquia
El poder destructivo del chisme: 2.000 personas de Antioquia sufren las consecuencias
La Alcaldía de Carolina del Príncipe pide a las autoridades investigar quiénes estarían detrás de los comentarios que afectan a la comunidad.
La Alcaldía de Carolina del Príncipe, Antioquia, le pidió a la Fiscalía dar con el paradero de las personas que están emitiendo chismes y rumores en la población. En los últimos días, al menos 2.000 habitantes han sentido los estragos.
Los comentarios se han expresado de manera anónima por medio de las redes sociales y han golpeado la reputación de cientos de hogares. En los textos hablan de infidelidades, amoríos, problemas laborales y crisis al interior de las familias.
En su mayoría, las comunicaciones toman fuerza en WhatsApp. Ahí han especulado sin escrúpulos sobre las vidas privadas de los habitantes, lo que ha desencadenado crisis en la salud mental de los menores de edad y los adultos.
Las autoridades judiciales ya han recibido varias denuncias penales por injuria y calumnia. Sin embargo, una vez los investigadores inician las labores para recopilar pruebas, es imposible identificar los rostros de los informantes.
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El mandatario local de Carolina del Príncipe, Carlos Andrés Pérez Vásquez, encendió las alarmas por las complicaciones y pidió a los organismos estatales ponerle atención a la situación porque se podría salir de control.
“Se está presentando un fenómeno, en la parte tecnológica, donde está circulando comunicados y expresiones con las que se está afectando la vida personal, la vida familiar, donde se hablan cosas que, en realidad, no son”, alegó el alcalde.
Sobre la mesa hay dos hipótesis; las personas que estarían detrás de los mensajes son habitantes del pueblo o viven por fuera de él. No obstante, gozan de datos detallados porque dan los nombres propios de los protagonistas.
“Generalmente, son cadenas de WhatsApp que las reenvías muchas veces. Entonces uno puede decir: listo, la sacaron en el municipio o pueden ser de otra parte. Pero sí son comunicados que afectan mucho”, agregó Pérez Vásquez.
Por ejemplo, se han separado varias familias por el peso que tienen las palabras. Así las cosas, la administración se puso la tarea de incentivar una campaña social que frene los chismes y los rumores: “Hablemos bien del municipio”.
Este escenario no es exclusivo de Carolina del Príncipe, la Defensoría del Pueblo ha encendido las alarmas en otras regiones del departamento donde los mensajes que se han compartido en las redes sociales les cobran la vida a las personas.
El terror empieza en los perfiles de Facebook denominados “confiésate” que están activos en varios municipios: “confiésate, Toledo”, “confiésate, Nariño”, “confiésate, Frontino”, entre otros. Allí los ciudadanos envían “secretos” de manera anónima.
Por la presión social que estarían causando las confesiones divulgadas en las redes sociales y en las tradicionales cadenas de WhatsApp, a los protagonistas de las historias los incitarían a autolesionarse. Varias muertes de jóvenes tienen el mismo patrón.
Además, sujetos inescrupulosos los estarían empujando a cometer actos delincuenciales. En palabras de la defensora del pueblo en Antioquia, Yucelly Rincón, en estos perfiles no tendrían limitaciones para afectar el buen nombre de alguien que termina en tragedia.
“Los jóvenes tienen desconocimiento y suben cualquier fotografía que encuentran en el estado de otro compañero, causando un problema psicológico. Al no tener un método de manejo del conflicto y el ciberacoso, encuentran una sola solución que es el reto”, dijo.
Por ejemplo, dos menores de Toledo acabaron con sus vidas cuando vieron una fotografía que las comprometía con una diferencia de un día en las redes sociales. Sin embargo, las autoridades judiciales están investigando las causas de estos fallecimientos.