SEMANA revela desgarradores chats de pedófilos. Aterradora petición de uno de los degenerados a una niña: “Quiero que seas feliz”

Leer cada uno de los chats a los que tuvo acceso a SEMANA, en los que pedófilos extranjeros hablan con proxenetas sobre niñas que violarán en Medellín, es desgarrador.

Conversaciones que dejan ver lo enferma que se encuentra parte de la sociedad, donde los niños, los más vulnerables, terminan siendo comercializados como mercancía para satisfacer los retorcidos deseos sexuales de unos enfermos.

En uno de los chats, un pedófilo de nacionalidad estadounidense que ya está en poder de las autoridades, habla con una proxeneta conocida como Lily, de nombre Lina Marcela Velázquez. Allí, el sujeto le recuerda los perturbados gustos sexuales que tiene, para que así mismo le consiguiera a una niña a quien luego violaría en Medellín.

“Ya sabes: mi gusto demasiado bien flaquita”, dice uno de los apartes de un chat conocido por SEMANA.

Y el criminal va más allá. Le dice a la delincuente Lily, que el día de la violación ella se encerrara en el baño del apartamento donde iba a abusar de la menor.

“Tú en el baño, por fa, pa que haya privacidad porque probable (sic) llore otra vez por el dolor y así ella entiende que no hay vuelta atrás, que me tiene que dejar disfrutar y que ella también trate de disfrutar, y si se porta bien y da buen cariño, la sigues trayendo”, le dice el pedófilo a proxeneta.

En otra conversación, el pedófilo dialoga directamente con la niña que iba a violar y le hace un desgarradora e infame petición. Le pide a la menor que se comporte como lo que era, una niña, y que recreen una escena para luego él proceder a abusar de ella.

“Por fin puedes ser la poco niña (sic) que siempre quisiste ser en el apartamento”. “Podemos ir a la tienda y comprar helado y jugar con tus Barbies”. “Quiero que tengas tu infancia frente a mí, quiero que seas feliz”, le indicó el degenerado a la niña vía WhatsApp.

A continuación, en el siguiente relacionado, la historia completa en SEMANA:

De acuerdo con la investigación de las autoridades judiciales, las violaciones a la niña en cuestión y a otras, ocurrieron en un apartamento de Medellín, donde el pedófilo abusó de dos menores de entre 11 y 12 años.

Al final, tanto al depredador sexual, como a las proxonetas, fueron capturados y acusados por los delitos de explotación sexual de niños, niñas y adolescentes, estímulo a la prostitución de menores y pornografía infantil.