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Así se trabaja para evitar un nuevo brote de tuberculosis pulmonar en la cárcel La 40 de Pereira
Entre las disposiciones está la valoración médica oportuna a las personas contagiadas o las que presentan alguna sintomatología.
Para evitar la aparición de nuevos brotes de tuberculosis en la cárcel La 40 de la ciudad de Pereira, la Secretaría de Salud y el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario, (INPEC), adoptaron una serie de medidas que permitan reducir la cadena de contagios entre esta población.
La secretaria de Salud Pública y Seguridad Social de Pereira, Ana Yolima Sánchez Gutiérrez, indicó que es fundamental implementar acciones para la contención de los casos reportados entre las personas privadas de la libertad.
Dijo que también se pretende que sea mínima la posibilidad de transmisión de la enfermedad a los visitantes del penal, los familiares de los internos y las personas que laboran habitualmente en el lugar.
Explicó que entre las disposiciones del Ministerio de Salud y Protección Social y el Instituto Nacional de Salud, está la valoración médica oportuna a las personas contagiadas o las que presentan alguna sintomatología.
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También mantener en aislamiento y con vigilancia médica todos los casos de tuberculosis pulmonar con transmisibilidad potencial, por lo que se deben realizar además adecuaciones locativas y de protección para el personal que labora en el penal.
Para los pacientes que estén aislados se recomienda el uso permanente de mascarilla quirúrgica desechable, la cual debe ser cambiada diariamente, mientras que no presenten mejoría clínica y resultado negativo en la prueba de baciloscopia seriada de esputo.
Es fundamental que las personas infectadas se encuentren en condiciones de buena iluminación y ventilación, así como con una adecuada temperatura para favorecer su recuperación; lo cual implica también tomar el sol durante 30 minutos cada día.
Las personas que entren en contacto con los pacientes diagnosticados con tuberculosis pulmonar, deben utilizar en todo momento las medidas de protección adecuadas como el tapabocas de tipo N-95; aunque lo recomendable es que durante el periodo en que padezcan la enfermedad activa no reciban ninguna visita.
Esta búsqueda activa de casos al interior de la cárcel La 40 busca no solo evitar la propagación de la tuberculosis pulmonar, sino que los infectados no entren en contacto con pacientes que presenten enfermedades inmunosupresoras.
Para lograrlo se adelantan jornadas especiales de capacitación al personal de guardia y los trabajadores del centro penitenciario, para que aprendan a identificar los signos y síntomas sugestivos de manera oportuna.
Actualmente, la Defensoría del Pueblo en su seccional de Risaralda inspecciona el proceso que se lleva a cabo con las personas contagiadas, a través de visitas a la cárcel La 40, en las que se verifican las medidas de control que fueron adoptadas.
La entidad pide no bajar la guardia para evitar que más personas resulten infectadas, a la vez que comprueba la atención oportuna y el tratamiento adecuado para los que ya están contagiados.
A mediados de mayo se registró un caso similar con el brote de varicela que dejó 28 personas infectadas en la ciudad de Valledupar, de las cuales 5 se encontraban en el interior de la Cárcel Judicial.
De acuerdo con Holmer Jiménez Ditta, quien es el secretario de Salud de la capital del Cesar, se tomaron muestras a los 637 internos que hay en el penal, pero afortunadamente solo 5 de ellos resultaron contagiados.
Indicó además que el brote pudo darse por la transmisión entre personas, o por contacto con secreciones de visitantes infectados. También por compartir algunos elementos como cigarrillos, colchonetas o cobijas, entre otros.